Si algo caracterizó al régimen priista prácticamente desde su fundación fueron dos cosas: el presidencialismo imperial –como lo llamó Enriquez Krauze-, y la ruptura con el pasado inmediato, como parte de un proceso de renovación política, aun cuando las figuras y el partido fueran los mismas.
Fue Lázaro Cárdenas el primero en poner tierra de por medio con su antecesor. Desde entonces, los ex presidentes –incluso Carlos Salinas, quien intentó romper este ritual- tenían dos destinos: el exilio o el ostracismo. Sólo Miguel de la Madrid aceptó un cargo como Director del Fondo de Cultura Económica, sin la menor influencia en los gobiernos que siguieron al suyo.
Bueno, pues el lunes no quedó claro si se trataba del primer informe de gobierno de Claudia Sheinbaum o el séptimo de López Obrador. En lo que parecía una buena oportunidad para empezar a delinear un gobierno con características propias, la presidenta se aferra al discurso, la narrativa, los lugares comunes de su antecesor, ante el naufragio de su controvertida administración.
López Obrador no asistió a la ceremonia del informe, pero fue el personaje central. Como lo fue también en la toma de posesión de los ministros de la Corte.
Otra vez, como en los últimos seis años, el culto a la personalidad, la descripción de un país que no existe, la promesa de seguridad, austeridad y combate a la corrupción que chocan brutalmente con la realidad, la esperanza de bienestar basada en los programas sociales que han endeudado al país, la descalificación de los adversarios y la exaltación del tlatoani.
En su primer informe, Claudia Sheinbaum afirmó que México vive “un momento estelar”, y destacó que el país tiene el menor promedio de aranceles en el mundo. Pero eso no es obra de su gobierno ni el de López Obrador, sino a una serie de tratados comerciales que cumplen ya más de treinta años.
La presidenta destacó la atención a 86.000 migrantes deportados mediante el programa “México te abraza”, con acceso a servicios y apoyo, además del refuerzo de la red consular y legal en EE.UU. Sin embargo, nada dijo de la cancelación durante el gobierno anterior y olvidados en el suyo, de todos los programas sociales en favor de los migrantes.
La mandataria destacó que México es hoy el segundo país con menor desigualdad en América, después de Canadá, y recordó que entre 2018 y 2024 la pobreza se redujo de 41,9 % a 29,5 %. Subrayó también el récord de 36.000 millones de dólares en inversión extranjera directa en el primer semestre de 2025, una inflación de 3,5 % en julio y un desempleo de 2,7 %, “uno de los niveles más bajos del mundo”.
Lo que no aclaró es que la población que tiene un empleo, siete de cada diez está en la informalidad, sin salario, sin prestaciones sociales y fuera del sistema fiscal, uno de los niveles más altos en el mundo. Tampoco dijo que se redujo la pobreza pero que más de 20 millones de mexicanos -40 actualmente- dejaron de tener acceso a servicios de salud.
Presumió cifras récord en materia de seguridad, con baja en homicidios, delitos de alto impacto y un aumento de las detenciones de presuntos criminales, así como de las incautaciones de drogas, en especial de fentanilo, lo que, si bien es un logro tangible de su gobierno, ha expuesto las redes de complicidades que operaron durante el gobierno de López Obrador.
A la luz de las cifras, todo indica que flagelos como el homicidio doloso han disminuido al menos en un 23% desde la llegada de Sheinbaum, en contraste con lo que fue el inicio del mandato del tabasqueño. Esa es una muy buena noticia.
Nadie se acordó del carrito eléctrico que prometieron fabricar, del éxito de la vacuna patria, de los chips electrónicos y la extracción de litio que nos harían un país rico, del gas del bienestar, de los nuevos aviones de Mexicana de Aviación o del fracaso operativo y financiero del Tren Maya y el AIFA, que siguen costando miles de millones de pesos a los mexicanos.
Sin embargo, la presidenta conserva un apoyo brutal del 79%, según una encuesta de Enkoll para EL PAÍS y W Radio. La consultora, que levantó 1.220 entrevistas en viviendas entre el 26 y el 27 de agosto, recoge que a casi un año de su toma de posesión solo el 18% de la población desaprueba el trabajo de la mandataria.
Muy a su pesar, Sheinbaum debe enfrentar una trágica paradoja: con una aceptación significativamente más alta que su antecesor en su mejor momento, su poder sigue acotado a la voluntad del ex presidente.
Tal vez por ello, muchos mexicanos vieron éste como el séptimo informe del gobierno de López Obrador.
En SEFIPLAN son insensibles, por decir algo decente… ¡ojetes!
Eso son los integrantes del Comité Técnico del Fideicomiso del SAR de la SEFIPLAN que, a punto de iniciar el noveno mes del año, no han pagado nada de los dictámenes aprobados en las sesiones de enero y marzo del presente año. Son cientos de familias, del personal que causó baja por jubilación o pensión y otros por fallecimiento, cuyas viudas requieren de su pago para hacer frente a los gastos del funeral y todo lo que genera perder al sostén de la familia, quienes se encuentran en espera de ese dinero, en tanto el IPE se digna a pagarles su pensión por jubilación o viudez (tardan más de ocho meses para aquellos que tuvieron la precaución de tramitar su acuerdo antes de causar baja).
Ojalá la Gobernadora Roció Nalhe, con esa sensibilidad que le caracteriza por las personas vulnerables el pueblo, como les llama tome cartas en el asunto y ordene el pago inmediato de esta prestación. Lo mismo sucede con otra prestación que tienen los trabajadores que hasta el año pasado se pagaba inmediatamente y hoy a ocho meses no se ha realizado ningún pago. Me refiero a los del lamado Seguro Institucional.¿Cómo que vamos bien?, afirma su presidenta.
Vamos bien y viene lo mejor; Fidel Herrera
El eslogan que lanzó la presidenta Claudia Sheinbaum de: “Vamos bien y vamos a ir mejor”, es un vulgar refrito del lema que lanzó el gobernador Fidel Herrera Berltrán al concluír la lectura de su cuarto informe de gobierno el cual remató con la frase: “Vamos bien, y viene lo mejor”. Lo anterior nos lo hizo notar el día de ayer el abogado y político xalapeño Ramón Reyes, asesor del grupo parlamentario en el Senado de la República.
En verdad que falta de creatividad de los asesores de la presidenta, siempre haciéndola repetir lo que otros ya dijeron o ya hicieron.
REFLEXIÓN
¡Aprobado por Morena! Tras el retiro del veto del partido guinda, la diputada Kenia López Rabadán será presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Que delicadita nos salió la representante de AMLO, por no tomarse la foto con una panista ordenó a sus gatos retrasar el relevo. Cierto, no eran iguales, son más mamilas. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com |
