2.- La presión actual sobre las finanzas; y,
3.- La próxima e inevitable revisión del T-MEC con Estados Unidos y Canadá.
De estos tres puntos, cualquiera que no resulte como lo ha estimado Hacienda, pondrá en serios aprietos a la economía mexicana.
Esos serán los hilos que finalmente podrán dar la razón al discurso de la oposición o al discursos del gobierno, y obvio a la continuación de la polarización política en el país.
Y es que si lo que se espera suceda en el 2026 con los criterios establecidos dependiera solo de la eficiencia gubernamental, Sheinbaum y su Hacienda podrían desde ahora dormir tranquilos de tener un muy buen discurso para las elecciones intermedias del 2027, pero lo más probable es que esto no suceda, sobre todo por el mayor peso e influencias que los problemas globales tendrán sobre la recaudación, el tipo de cambio, los precios del petróleo y sobre todo con la incertidumbre de tener que negociar con el predecible presidente Trump.
Así que lo que suceda o no el próximo año en el país con las políticas públicas, alimentará el discurso político tanto para las elecciones intermedias del 2027 como para las del 2030.
Tiempos difíciles, en los que por lo que se ve, lo único seguro que le podría dar puntos políticos a MORENA y sus aliados será ir con todo contra los delincuentes de cuello blanco, y contra los altos ex y actuales funcionarios de cualquier color de los que se tenga por ahí guardados sus negros expedientes y darle circo al pueblo, con la mejor propuesta que le pudo dar el triunfo a AMLO en el 2018: abatir la corrupción.
De lo contrario es muy, pero muy probable, que el gobierno de MORENA y sus aliados sean efímeros y duren lo que duró el PAN en el poder… ¡Muy poco!
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