En este contexto, destaca el papel de la gobernadora Rocío Nahle García, quien ha mantenido una agenda intensa y un compromiso visible con los territorios. Prueba de ello fue su presencia la mañana de este mismo jueves en Poza Rica, encabezando desde el Centro de Comando y Control la reunión de seguimiento tras las intensas lluvias que azotaron la zona norte hace apenas 21 días. La emergencia aún demanda coordinación, y el gobierno estatal no suelta la mano a las comunidades afectadas. Esa presencia constante, ese ir al territorio, refleja una administración activa, atenta y cercana.
Pero el trabajo de la mandataria no se quedó ahí. También acudió a La Antigua para conmemorar los 500 años de la fundación de ese histórico municipio, reconociendo su legado y la riqueza cultural que representa para el estado. Porque gobernar no solo es administrar crisis, sino también exaltar la identidad y la memoria colectiva de un pueblo que ha sabido levantarse una y otra vez.
Los avances sociales siempre serán perfectibles, y la pobreza no se erradica de un día para otro. Sin embargo, la tendencia es clara: Veracruz transita por un camino de transformación real. Los resultados invitan al optimismo, pero también a la continuidad del esfuerzo. Hoy, más que nunca, las cifras confirman que cuando el gobierno se mantiene cercano, eficiente y con rumbo, los cambios sí se sienten en la vida de la gente.
El reto ahora es sostenerlo. Y, sobre todo, seguir avanzando.
Al tiempo.
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