O también, como dirían en el rancho, el miedo no anda en burro y no quieren darle más tiempo a la Fiscalía General de la República para armarle un nuevo expediente que lo mantenga en prisión después del 15 de abril del 2026.
Cuando menos su abogado, Pablo Campuzano, no descarta la posibilidad de que se intente imputarle el delito de peculado o que se resuelvan los procesos que todavía tiene abiertos y lo dejen en chirola un tiempo más.
Aquí los puristas podrían alegar que no se puede, pues los tratados de extradición con Guatemala dicen que solo puede ser juzgado por los delitos inicialmente determinados, que son por los que actualmente está preso. Pero como dirían los amantes de lo ajeno “órale, ya se la saben”, y no sería extraño que le encontraran alguna forma de darle la vuelta a ese escollo.
Lo cierto es que seguramente son muy, pero muy, pero muuuuuy pocos los veracruzanos que piensan que los nueve años que se le dictaron son suficientes para el grado del desfalco que se cometió en Veracruz, pese a que Duarte alegue que a él no lo acusan de robo.
Bernardo Gutiérrez Parra en su muy gustada columna “Desde el café”, hace un cierre por demás elocuente. Presenta una escena con un bolero a quien sentencia:
“Bolero: Le quedarán 30 mil millones para darse la gran vida y que durarán hasta después de su muerte.
“Sí, pero recibirá mientras viva el repudio de los veracruzanos.
“El bolero detuvo en el aire la brocha empapada de grasa negra, me miró a los ojos y contestó con un par de preguntas que me cerraron la boca: “¿Y usted cree que eso le importa? ¿Cree que eso le quita el sueño?”.
Cuánta razón tiene Bernardo, la verdad es que ese repudio es lo que menos le debe estar quitando hoy el sueño a Duarte.
Por lo pronto, hagan sus apuestas, ¿Dejarán salir a Duarte el 15 de abril del 2026? Aquí nosotros tenemos nuestro pronóstico.
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