La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García, negó tener cualquier tipo de relación con el ex secretario de Gobierno de Veracruz, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, esto luego de ser cuestionada durante su conferencia de prensa sobre un posible vínculo entre ambos.
“No, no tengo relación con él”, respondió de forma tajante al deslindarse públicamente del también llamado "Bola-8", quien por muchos años fue su empleado, y a quien ella precisamente impuso en la SEGOB tras el triunfo de Cuitláhuac García Jiménez en el año 2019.
Hay que recordar que ya encumbrado en la SEGOB y con todo el poder en sus manos, Cisneros Burgos se le reveló a Nahle, la desconoció, e intentó quitarle la candidatura al Gobierno de Veracruz en 2024, a quien atacó e insultó junto con su familia con campañas de lodo en medios de comunicación, redes sociales, alcaldes aliados, empleados de la SEGOB, desde RTV, pagando desde la SEGOB millones de pesos en efectivo para tal fin.
Es más, la campaña de llamar a Nahle "Zacatecana" fue obra y hechura de Cisneros Burgos, campaña que tanto daño le causó y le sigue causando a la hoy Gobernadora.
Cisneros Burgos ha reaparecido en la escena pública a través de redes sociales, en las que difunde visitas y actividades en distintas ciudades del estado de Veracruz.
Su última aparición la hizo desde Coatepec donde dijo que pasaría las fechas decembrinas en dicho municipio donde posee una mansión producto de todo lo que robó a manos llenas en la SEGOB, aparentemente retando así a la Gobernadora quien tras la traición de su ex-empleado le había advertido que se exiliara de Veracruz por los próximos 6 años, cosa que el nativo de Mulegé (Baja California) no cumplió, y anda tan campante por Veracruz operando campañas de descrédito en contra de la actual administración estatal presidida.
A lo mejor piensa que es imprescindible para ganar las elecciones del año entrante porque sola la gobernadora no puede y él tiene con qué hacerlo. No debemos olvidar que Rocío Nahle no ciuenta con una estructura partidista sólida, eficiente, con la cual pueda ganar las elecciones intermedias del año que viene, y menos la suya de revocación de mandato si se da. Por eso la hipótesos de perdonar al traidor que, como dice el sabio refrán popular, vuelve a traicionar, solo tiene un objetivo: contar con sus servicios en materia electoral y a ver qué pasa después, a lo mejor lo vuelve a habilitar como Secretario de Gobierno. Ya veremos.
¿Qué pasa si un mes no se pagan pensiones?
La reacción será inmediata. Y no será un reclamo educado. Será caos social.
Los beneficiarios no reclamarán a los partidos ni a los políticos… reclamarán en la calle.
Como ocurrió en Tampico, pero multiplicado por millones.
La narrativa de “primero los pobres” será insostenible, porque el gobierno que se sostuvo sobre transferencias no puede sobrevivir sin ellas.
La popularidad de Morena se desplomará de la noche a la mañana. El amor político que se construye con dinero se evapora cuando el depósito no llega.
El asistencialismo genera fidelidad… hasta que deja de hacerlo. “Si Morena deja de pagar apoyos sociales, se acaba el amor por Claudia, AMLO y por Morena.”
Porque el proyecto político está cimentado en expectativas, no en productividad. En dádivas, no en desarrollo. En dependencia, no en libertad económica.
¿De dónde saldrá el dinero cuando Pemex ya no pueda?
El gobierno tiene tres opciones: Endeudarse más México ya va en niveles históricos de deuda, pero esto tiene límite.
Subir impuestos: Esto golpearía directamente a quienes trabajan y a la clase media que ya está asfixiada.
Recortar programas: Esto es Políticamente suicida. Entonces cualquiera de las tres es una bomba. Pero la más peligrosa es la tercera, porque puede desatar una crisis social inédita.
El día que México dependa de una caja vacía, entenderemos la magnitud del error.
Un país no se puede sostener eternamente con transferencias financiadas por deuda, petróleo agotado y recaudación estancada. Los apoyos deben existir, sí. Pero deben ser sostenibles. No instrumentos de control político.
Morena construyó su proyecto sobre una promesa que solo funciona mientras el dinero fluye. El día que deje de fluir, dejará de existir el proyecto.
Mi Conclusión es.. Lo de Tampico no fue un escándalo. Fue un aviso. Una advertencia.
Un ensayo general del día en que México descubra que el gobierno gastó más de lo que podía sostener. Ese día, no habrá discurso, mañanera ni propaganda capaz de contener lo que se viene. Porque cuando la política compra lealtades con dinero, la lealtad dura lo que dura el depósito.
REFLEXIÓN
Azucena Uresti recuerda que durante años vimos caer a gobernadores priistas por desvíos millonarios, mientras Morena llegó con la promesa de ser distinto. Pero tras encarcelar solo a un priista, surge la pregunta central: “¿Cuándo Morena va a encarcelar a sus morenistas?”, señala, al enumerar exalcaldes, funcionarios y gobernadores del partido con acusaciones y desvíos denunciados. Cuando los escándalos tocan al poder, dice, ya no son delitos sino “persecuciones” o “ataques mediáticos”. La prueba real del cambio dependerá de si algún día Morena juzgará a los suyos. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com |
