Un grupo que va a mover todo el pandero en adelante, sin manlios ni gamboas que les estorben con sus consejitos anacrónicos.
Van a barrer con la antigua nomenklatura, lo están haciendo ya, y renovarán con nombres diferentes, con juventudes hasta ahora echas a un lado por la pervivencia de los viejitos que no querían soltar el puesto, el sueldo, el presupuesto, las canonjías.
Y entonces los cambios van a cambiar.
En Veracruz, por ejemplo, la designación del nuevo dirigente recaerá en el ahora más influyente senador Pepe Yunes Zorrilla, quien se levanta como el seguro próximo candidato a Gobernador y el hombre fuerte del partido en Veracruz.
Sobre su liderazgo se irán uniendo las corrientes, los grupos, las militancias, ahora que por primera vez en 80 y tantos años el PRI no tendrá un gobernador emanado de sus filas.
Y Pepe tendrá que designar un perfil similar al de quien ejercerá la presidencia nacional. Así es la política.
Por eso se espera que llegue al CDE un político joven, con preparación política y manejo de los intríngulis de la administración pública; cercano en el afecto y sobre todo seguro en la lealtad.
Muchos han quedado fuera. Son los que aspiraban confiados en su experiencia, en sus largas jornadas haciendo talacha desde las juventudes revolucionarias; que empezaron desde abajo y aprendieron a pegar el volante en el poste, a colgar el pasacalle, a entrarle al perifoneo, a impulsar las porras para el candidato.
Ahora lo que rifará serán los estudios académicos, la preparación política, el cosmopolitismo.
Con esos perfiles, por ejemplo, hay dos personajes en Xalapa: Adolfo Toss y el delegado del ISSSTE Renato Alarcón Guevara.
Por ahí va ahora la cosa.
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