Como era de esperarse de parte del fiscal, cuando fue localizado, ordenó a sus petardistas a que lanzaran notas descalificativas en su contra y en donde lo implicaban directamente con el crimen organizado.
Todo ello, lo hizo más vulnerable a un posible ataque. Las amenazas no se hicieron esperar y por ello, el elefante blanco llamado Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) le concedió “medidas de protección” que incluían, entre otras, vigilancia policíaca y de reubicación para salvaguardar su integridad. Es más que evidente que dichos “protocolos” de seguridad no sirven de nada ante la alarmante situación que padece la prensa veracruzana. Pedro, se convirtió en el periodista número 19 que fue arteramente asesinado en la administración de Javier Duarte de Ochoa. 19 almas se lleva del gremio periodístico. Al parecer el señor aun gobernante de Veracruz, se alimenta de la sangre derramada del periodismo independiente.
Hoy la CEAPP hace un llamado “enérgico” a las autoridades. Tan enérgico que escribió su absurdo comunicado en negritas para que el fiscal sintiera su absoluto repudio ante el hecho. Palabras, pero en hechos, jamás la instancia “protectora” de secretario ejecutivo, presidenta y comisionados alcahuetes, hará nada en favor del periodismo veracruzano: su cliente.
Mi pregunta: ¿En dónde estuvo su enojo para exigir que realmente le pusieran al periodista escoltas para que lo vigilaran las 24 horas a él y a su familia? ¿Por qué permitían que los policías sólo le fueran hacerle al “cuento” de que lo vigilaban y solo lo hacían firmar una bitácora para justificar que si lo estaban vigilando? ¿Por qué nuevamente la policía participa en el asesinato activamente? ¿Por qué se portó omisa y protegió al sicario que le acribilló?
Vuelvo a reiterar, no conocí personalmente a Pedro Tamayo Rosas, como tampoco conocí a varios que en la actualidad son estadísticas del gobierno de Javier Duarte. Pero eso no me limitó al sentir indignación y repudiar sus asesinatos. No conocerlos, no me exenta de la rabia que me produce lo que el gobierno hace con la prensa, la libertad de expresión y el derecho de los ciudadanos a estar informados.
Muchos otros periodistas se centraron mejor a contar la versión que filtró como siempre el gobierno estatal, donde iniciaron una campaña de difamación en contra del hoy occiso. Con la cobardía que los caracteriza, concentran su veneno para pisotearle la memoria hasta su madre hasta por 20 pesos. Es lamentable, pero desgraciadamente existe algunas personas –usualmente son empíricas y ni escribir saben- que se dedican a eso, a lamerle los pies a la clase política por el hambre de un “chayote”, aunque cada vez los políticos les arrojan minucias que ellos como rapiña recogen del suelo.
La prensa independiente es un lastre para la política actual. Llámese PRI, PAN, PRD, Morena u cualquier partido satélite. Al acto de informar lo real, lo tildan de periodismo crítico cuando es un acto natural que debería de respetar cualquier editorial periodística. Escribir historias noticiosas para muchos es una pérdida de tiempo, pues no les remunera de ninguna forma comparable con los beneficios económicos que le producen al hablar bien de algún político. Es más provechoso, producir boletines -tipo notas informativas- y prestarse a campañas difamatorias para destruir a otro miembro del gremio periodístico.
El día hoy el gremio con ética está de luto. Un periodista asesinado más, representa un desgaste emocional muy fuerte y muy profundo. Deja dolor, deja desasosiego y desesperanza. Pero lo más triste de ésta situación, es constatar que pese al riesgo de informar, a la sociedad en general ni le interesa. Curiosamente la ciudadanía cuando se siente afectada por el poder y si no hay cobertura de algún medio o varios, inicia un repudio en contra de este tildándolos como prensa vendida. Hoy les digo que los agachones y cobardes, son ciudadanos vendidos. Son títeres sin voluntad, que jamás tendrán la capacidad de defenderse a sí mismos y los suyos.
P.D. Las sabandijas del Congreso del Estado que votaron a favor de cambiarles el destino a 2 fideicomisos destinados a obras, sólo me resta decirles: cada uno de las agravantes, cada una de las ofensas, cada uno de los fraudes, les serán insuficientes para el karma que tendrán que pagar tanto ustedes como sus descendientes.
Hoy se creen poderosos, creen que la justicia nunca les alcanzará. Ya verán que sí. Lo pagarán con lo que más les duele.
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