Ahí me contó que no obstante que le tenía un cierto respeto al psicoanálisis, el consideraba que muchas veces se caía en un exceso de psicologismo y se hacían a un lado pruebas clínicas y científicas para diagnosticar los problemas de conducta.
Recuerdo que me comentó que la ciencia psiquiátrica estaba tan avanzada que en el futuro se iban a hacer medicamentos sumamente específicos para los trastornos mentales, y que, por ejemplo, habría pastillas contra la depresión, pero diferentes de acuerdo con la causa original, así que se podrían tomar remedios contra la tristeza patológica originados por un problema amoroso, o por falta de trabajo, o por soledad, etc.
En verdad que platicar con el doctor Velasco era una experiencia inolvidable, y yo a menudo recuerdo aquella entrevista que me regaló sobre otro gran personaje de los estudios de la mente humana.
Como es obvio, este excepcional psiquiatra recibió innumerables distinciones a lo largo de su carrera, entre ellas dos doctorados honoris causa, el de su casa la UV y el de la Universidad de Quebec en Canadá, y como un reconocimiento a su gran labor, el Instituto Veracruzano de Salud Mental lleva orgullosamente su nombre.
El duelo es mayor, porque con el sentido fallecimiento del doctor Velasco este domingo 7 a los 89 años, Veracruz pierde a uno de sus cerebros más connotados. Nos queda como remedio para el desconsuelo que don Rafael nos dejó tres legados:
El primero, su bonhomía, que lo llevó a formar una amorosa familia y un gran círculo de amigos para los que era entrañable.
El segundo, su eficiencia, su productividad y sus resultados como funcionario en los importantes puestos que tuvo a lo largo de su carrera. Entre ellos: Rector de la Universidad Veracruzana, Director General de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Coordinador del Consejo Nacional contra las Adicciones, Subsecretario de Educación Superior e Investigación Científica de la Secretaria de Educación Pública y Secretario de Salud del Gobierno del Estado...
Y el tercero, su obra publicada, casi una decena de libros y multitud de ensayos y artículos en los que destacó particularmente con el tema del tratamiento de las adicciones, en el que era considerado el mejor en México.
Como colofón a esta vida admirable, podemos decir que Rafael Velasco Fernández fue bueno en todo, hasta para jugar futbol en su juventud.
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