De hecho por permitírselo en los últimos cuatro años lo ha desacreditado al entregarlo a mafias de alcoholeros, abusivos controladores de gradas y dar paso a excesos delincuenciales y desvaríos de gente de la vida galante.
El mismo porteño, ya para esta última edición declinó asistir a sus desfiles, presentaciones musicales y coronaciones.
Por ello el alcalde Ramón Poo determinó en días pasados el relevo del Comité Organizador del Carnaval de Veracruz, que encabeza Estandía quien por respuesta hizo como que la virgen lo miraba y de plano se ha negado a entregar la estafeta a Luis Antonio Pérez Fraga.
Desacata la orden de la máxima autoridad porteña y en complicidad con su coordinador general, José Salvatori Bronca –un viejo empresario que al igual que Anselmo bastó que probaran las mieles del poder y del dinero fácil para brincar de un puesto a otro en Boca del Río y Veracruz puerto- se han dedicado a amarrar contratos y compromisos.
Con moches presuntamente ya entregados alarga la agonía de su salida con la aviesa intención de amarrar de pies y manos al relevo –están matando al pollo- quien para la nueva edición solo podría ver pasar un desangelado y comprometido Carnaval al dejárselo comprometido en un 90%.
¡Que bonita familia!
Y es que aun cuando se da como un hecho que el empresario veracruzano Antonio Pérez Fraga es prácticamente el nuevo presidente del Comité de Carnaval de Veracruz, el aún titular del cargo, Anselmo Estandía Colom insiste en soslayarlo.
Estandía juega con las palabras. Ha dicho que “es muy seguro que salga del cargo” pero en los hechos sigue al frente de la organización de la máxima fiesta de los veracruzanos.
La obligada pregunta es que si “es muy seguro que salga” por qué alarga su permanencia; por qué está firmando contratos de última hora con alcoholeros, cerveceros y artistas, así como con los controladores de gradas y todos los prestadores de servicios.
Y ¿por qué compromete escenarios y espacios “Vip” y mete su cuchara en una organización que ya no le toca?
No sería mejor que lo auditaran y le hicieran una sumatoria de las transas y desprecios a artistas como Yuri, emblema del Carnaval, así como rindiera cuentas del saldo que ha dejado su organización.
Dice Estandía:
“Yo he comentado y es un tema que estoy viendo con el señor alcalde la posibilidad que me separe de ese puesto porque mi negocio y actividades personales así lo ameritan”.
La realidad es que muere por el rango burocrático que ha engordado su cartera desde que fue alcalde de Boca del Río y Bronca (Salvatore) le cuido el negocio al quedarse al frente de la organización del Carnaval. Con el acuario hizo lo mismo.
Insiste, sin embargo, en que su interés está en la iniciativa privada y las oportunidades que representará para el sector el proyecto de ampliación del recinto fiscal más importante de México que ya está en marcha.
“Tengo que tomar la decisión porque como ustedes saben mi actividad principal está en el puerto”, destacó el además director general de la empresa Terminal de Carga Especializada (TCE).
¡Pues que se vaya a su actividad principal!
Pero no. Todavía está analizando si se va o se queda por el tiempo que requiere cada encargo, tanto público como privado, no obstante, “aún sigo como presidente del Comité de Carnaval de Veracruz y estoy viendo y hablando con el señor alcalde para ver si es que me voy o no”.
¡Que se quede! le gritan sus cómplices y amigos; sus colaboradores y aliados y por supuesto su familia que de la noche a la mañana se vio con poder y más dinero. Falso que el rico no quiera más dinero… menos el que se gana de manera tan sencilla, a base del cochupo y la corrupción.
Aquí la idea más bien es que regrese, pero lo que se llevó.
En fin, la moneda dejó de estar al aire ya que al persistir el afán de Estandía Colom y Salvatori Bronca –vaya nombrecitos- lo único que se ha logrado es destapar la cloaca de los bisnes de ambos que ha dado lugar a que el Carnaval de Veracruz deje de ser el más importante evento turístico de México y del propio Veracruz ya que las familias le han huido de la fiesta de la carne hoy convertida en la fiesta de la moronga.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |