Tres mil dólares es lo que cuesta una botellita de vino “Petrus” de mesa de las muchas que acostumbró degustar, ya como jefazo, siempre acompañado de las mejores viandas.
Ese ha sido su tren de gastos personales Javier Duarte con cargo a su gobierno en el último lustro. Gastos que alcanzaron los 9 millones 870 mil pesos mensuales por comidas, transportes y esos “pequeños lujos” ¡porque creo que los valgo!
Son los mismos que seguirá usufructuando hasta el último de noviembre con autorización del Congreso del Estado.
“Terrina de langostinos al punto ibérico, fue algo exquisito, de lo mejor que he comido en mi vida”, le dijo a los suyos cuando cambió ese precario menú de tacos al pastor de Bucareli o los cocteles de ostiones que invitaba el “negro” Cruz que traía directamente, no de las playas jarochas, sino de una ostionería que tenía en la calzada de la Viga, en el DF, hoy CDMEX.
Habían pasado 14 años de aquellas épocas de hambre y carencias. De empedarse con bacachá. De esas nada gloriosas épocas difíciles cuando Alejandro Montano les echaba una manita a él, a Erick Lagos, a Silva y Carvallo con unos centavos para el chivo.
Eran los años cuando se la pasaban por ahí pateando un bote en Lucio y por las tardes esperando a los caca grande –todos eran jefes, grandes señorones- en el patio principal de Palacio de Gobierno, siempre en la ociosidad, siempre pensando que un día “¡cuando el jefe Fidel llegue... ya verán toda esa bola de cabrones como les va a ir!”.
Y sí.
Ya en la plenitud del pinche poder sobrevinieron las venganzas, los congelamiento, el agandalle… y los excesos. Nunca se cansaron de llenarse de todo, cajas de huevo incluidas.
Hasta el hartazgo el champagne “Cristal” y esas fantásticas ocurrencias de la palomilla de aplaudidores de Duarte los fines de semana cuando se “sugería” al patrón ir “al otro lado del charco a una cenita” de esas de a 10 mil dólares “¡Tan solo para ver cómo se siente!”, dirían.
Así, los destinos preferidos en corto eran Houston, Miami, ir a ver a los Yankees de Nueva York y, por supuesto, las cenas de gala a Barcelona ¿dónde más?
Así, un buen día fue como conocieron el “Cellar del Can Roca”, el mejor del mundo, donde tres chefs se encargan de mostrar las bondades del comelitón. Es ahí donde el menú de degustación es sumamente original. Cinco opciones para representar a cinco países: desde México con un burrito de mole poblano hasta Corea con un pan frito relleno de tocino.
Después aceitunas caramelizadas directo de un árbol que llevan a tu mesa, luego lapa con Albarino, maíz crujiente y brioche con trufas, sopa de verduras que parece de células, una lecha de tigre (ceviche de langosta con camote, pepinos, chile y limón), camarones con vinagre, ostras con anémonas, un helado de Cuitlacoche, sardinas y eventualmente un helado con pulpa de Cacao y Litchis secos.
La degustación –of course my horse- va acompañada de un Chateau Petrus 2005, ese Merlot que cuesta 3 mil 176 dólares la botella, cualquier baba de perico. O ¿qué tal un Romaneé Conti?.. Este Pinot Noir que, para ahorrar un poco, no rebasa los 4, 600 dólares (87 mil 400 pesos).
Y fácil.
Solo bastaba tomar el avión de Jorge (Carvallo), un jet transcontinental de 16 plazas para que saliendo a buena hora estuvieran por la noche degustando tan opípara cena.
Pero eso sí, “¡sin olvidar los orígenes, cabrones!”.
“Mi reino por una torta, pero de La Rielera”, diría Duarte a quien los fines de semana le gustaba echar la güeva tirado en la cama king comiendo pizza con sus hijos luego de enviar a su jet más veloz a Córdoba o el helicóptero Bell Trexton, modelo 430, blanco con las insignias del gobierno de Veracruz, matrícula XC-VER, por tan apetitoso bocado que le recuerda su adolescencia cuando muy de madrugada salía a repartir el pan que horneaba doña Ceci, su mamá.
Y cómo olvidar esas interminables tardes de Xbox en “Casa Veracruz”, donde se ponía casco con extensión de micrófono y a tundir enemigos con sus poderosas armas virtuales. Hasta tres horas se llevaba en un juego con su hijo Javiercito y Cesarito su amiguito (de Javiercito), sin que nadie osara interrumpir tan trascendente jornada épica que se sucedía en ese impresionante salón de juegos.
Esos excesos formaron parte de una dinámica de desgobierno que por estos días se le revierte minuto a minuto. Pero vaya, dicen que lo bailado quién te lo quita.
¿Cuánto gasta Javier Duarte con cargo al erario público?
Aparte del privilegio de mandar gasta, con autorización del Poder Legislativo, 120 millones 300 mil pesos. Ello sin tocar su salario que asciende a 74 mil 938 pesos netos y se ignora cuanto se asigna por prestaciones pero no ha de ser mucho por sus modestas casitas que declara como bienes patrimoniales.
Bueno, según información consignada en el Decreto 319 del Presupuesto de Egresos del gobierno de Veracruz son más de 120 millones de pesos que de manera urgente se tiene que gastar cada año hasta completar los 720 millones en el sexenio.
Así y con esa friolera de dinero es que proporcionalmente gasta por día 329 mil pesos nomás en servicios personales, y por concepto de “servicios personales” se entiende:
Vinos de los cariñosos, clases de golf, enfermeras, maquillistas, cocineras, choferes, entrenador para perros y el pago de todas las francachelas que han sido legendarias en Casa Veracruz.
Ya el mismo gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares, cuando candidato reveló, basándose en la nómina del Gobierno estatal, que un día al azar, el 15 de marzo de 2013, encontró gastos por 329 mil 250 pesos.
En el detalle de la información se subrayan erogaciones por:
Clases de golf por cinco mil pesos para el maestro Ignacio Villanueva de Ocampo, quien ha convertido a Javier en un master ¡Jajajai! Para el maestro de música Juan Carlos Vázquez Galicia, 8 mil 400 pesos. Para el entrenador de perros Orlando Ortega Martínez, quien se embolsa 11 mil 250 pesos.
A la peinadora de Karime se le tiene asignado una pensión de 15 mil pesos; por dos maestras de niños 24 mil pesos. A la asistente 12 mil pesos y a una enfermera de niños 15 mil 500 pesos
Para las dos cocineras la asignación mensual es de 23 mil pesos y a Carlos Alberto Lanza Ruiz, por un entrenamiento en tres pasos (¿?) 12 mil 500 pesos ¡ha de ser tango!
A varios trabajadores por “diversos mantenimientos” 84 mil pesos. A Arturo García, encargado de obra, 15 mil pesos y a Gustavo Adolfo Méndez, ayudante de chef 5 mil pesos, así como a la maquillista Betzabé Estévez Jácome 15 mil pesos.
Otras preciosuras que salieron a la luz fue que Javier Duarte gastó: 7 mil 500 pesos por el hangar de un carrito de golf en el Club de Golf de Xalapa y se encontraron facturas del restaurante de pescados y mariscos “El Caribe” por los que el gobierno veracruzano pagó 57 mil 822 pesos el 4 de febrero de 2013 y 68 mil 817 pesos el 27 de marzo de 2013.
En una nota del 14 de marzo del 2012 se constata que a la Vinatería “El Barril” le pidieron licores y vinos por 225 mil 625 pesos y a la florería Nadine, en Xalapa, el gobierno le invirtió 15 mil 100 pesos en flores naturales para el 28 de diciembre de 2012, día de los inocentes.
Uff!..
Demasiados datos, demasiado dinero y, de nuevo, ese predicamento cotidiano en el que está sumido no Duarte, sino ocho millones de veracruzanos cuyo único entretenimiento es la danza, pero de los millones.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |