Muchos de esos alcaldes, priistas, perredistas, del AVE y hasta panistas que hoy duermen en colchonetas pasando frío no supieron manejar los recursos que correspondían a su municipio; algunos no lo hicieron porque prefirieron mantener opaca su administración para así sacar una ganancia considerable.
A principios de 2016 el ORFIS señaló a 46 alcaldes veracruzanos de haber causado daño patrimonial en la cuenta pública. Estos alcaldes tuvieron que devolver más de 398 millones de pesos en 2014 por haber ejercido de manera inapropiada esos recursos.
La toma de Palacio de Gobierno fue una mera valentonada por parte de un grupo de alcaldes que se dio cuenta del vacío de poder. Exigen, y tienen derecho de hacerlo, porque piden los recursos para sus municipios. ¿Pero qué han hecho con los recursos que les han entregado anteriormente? ¿Por qué después de que renunció Duarte se les ocurre reclamar? En eso se parecen a la rectora de la Universidad Veracruzana, que ahorita sí anda muy echada para adelante, pero mientras Duarte y Karime la invitaban a tomar el té, ella, tal cual dice el filósofo Juan Gabriel “como los indios se agachaba”.
Así también los alcaldes de Veracruz. Fueron muy contadas las excepciones. Por supuesto Yunes Márquez nunca se dejó someter, por ahí otros alcaldes acudían a reclamar lo suyo, hubo alcaldes de la sierra de Zongolica que se plantaron en Palacio para exigir sus recursos, pero fueron pocos, muy pocos.
Realmente quienes estuvieron señalando las rapacerías de Javier Duarte fueron los periodistas críticos, no los otros, los “chayoteros” que se alinearon a él y que ahora lo repudian. De ahí salieron las víctimas, no de los alcaldes. Ellos no derrocaron a nadie, ellos, con su actitud sumisa, lo refrendaban.
Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com |