Trabajadores de la Universidad Veracruzana giraron valiosa información a la redacción de diversos medios informativos de todo el estado a través de la cual ponen al descubierto presuntas corruptelas por parte del jefe del departamento de Servicios Generales de nuestra máxima casa de estudios, maestro Antonio Pola Navarro a quien apodan “Lord Diezmo”.
La información señala que después de desempeñarse como director general de Vinculación Institucional y Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Pola Navarro llegó en abril de este mismo año a trabajar en la universidad, como uno de los hombres de más confianza de la entonces Secretaria de Administración y Finanzas de la UV, Clementina Guerrero García, hoy con el mismo cargo pero en el gobierno del estado.
Antonio Pola Navarro es originario del municipio de Las Choapas, pero llegó a Xalapa desde los 14 años donde realizó estudios de Contador Público Auditor y posteriormente obtuvo maestría en Administración de Recursos Humanos, ha dado cátedra por varios años y también ha sido consultor externo de gobiernos municipales.
Dice la Ley de Acton que el poder corrompe, pero también los afirma una investigación de la Universidad de Lausana. Para la indagación, los autores utilizaron métodos experimentales para distinguir entre el componente individual y situacional, y así determinar si el poder corrompe o individuos corruptos se sienten atraídos por el poder.
Los resultados mostraron que aquellos que tuvieron una menor calificación en honestidad, exhibieron comportamiento más corrupto, al menos al inicio; sin embargo, conforme avanzó el experimento, incluso quienes habían demostrado una mayor puntuación de honestidad al inicio, no pudieron protegerse de los efectos corruptivos del poder.
Pola Navarro, padre de dos adolescentes, un joven y una señorita, presuntamente estaría cobrando el famoso diezmo a diversas empresas proveedoras de bienes y de servicios a la UV, entre otras, empresas proveedoras de productos de limpieza y talleres mecánicos encargados del mantenimiento del parque vehicular universitario integrado por varios cientos de automóviles, amén de que estaría otorgando contratos por asignación directa a empresarios voraces y corruptos que han caído en su juego.
Los quejosos hacen un llamado a la maestra Delfina Acosta Argüello, contralora general de la UV, para que practique una auditoría a dicho departamento donde al hacer un comparativo de los ejercicio 2015 y 2016 se podrán percatar como han incrementado desproporcionalmente los costos de muchos servicios, porque la mayoría son inflados.
Lamentan también que la rectora Sara Ladrón de Guevara se encuentre sumida en un letargo y no se dé cuenta del saqueo que presuntamente existe en Servicios Generales en detrimento de las finanzas universitarias que también se encuentra en crisis.
De la relación estrecha, cercana, cálida, estrechísima de Antonio Pola con la administradora, Nayheli Grajales Méndez, les comento en próxima entrega, así como de otros negocitos que juntos estarían haciendo, conste no lo digo yo, un mundo los vigila.
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