El poeta hizo del lenguaje nuevamente una forma tangible de alcanzar la perfección.
Aun así, sabedor de que su nación enfrenta una división casi ligada a lo racial, mostrando sus logros, que hoy pasaran a ser su legado, el bardo presume una nación más segura, exalta ocho años sin que alguna organización terrorista logrará ejecutar algún atentado; resalta la muerte del líder de Al-Qaeda, Osama bin Laden, aun cuando admitió de los peligros de la radicalización, y augurando que la nueva amenaza, el grupo yihadista Estado Islámico, quien afirma “será destruido”, sirven de soneto para enviar su mensaje.
Entre sus logros, destacó también el deshielo en las relaciones con Cuba -algo que verdaderamente fue una extraordinaria hazaña diplomática, pues debieron pasar más de 10 dignatarios norteamericanos para alcalzarlo- hasta, ver morir al líder de esa Revolución que los distanció, alcanzar un acuerdo nuclear con Irán “sin disparar una sola bala” demuestra que el vate exhibió un dejo de adivino; la legalización del matrimonio igualitario son en síntesis el recuento de sus logros.
Ahora habrá de llegar el viento gélido que producirá la arrogancia, insolencia, lo burdo, de un personaje que pondrá en jaque al orbe entero.
La muestra de ello, la insolente versión brindada en su primer mensaje oficial a escasos días de asumir el control de la Casa Blanca, su jactancia amenazante se reafirma al mencionar que construirá un muro en la frontera con México y que este país pagará por su construcción, ya sea con impuestos, pagos o algún tipo de reembolso.
¡Y su nieve de limón! ¿para cuándo?
Ahora resulta que el fullero envía a su vicepresidente electo, Mike Pence, a intimidar a las autoridades de los estados fronterizos para coordinar todo lo necesario para la construcción del muro.
Esperemos que el complaciente presidente Enrique Peña Nieto, no dilapide la investidura presidencial cual tapete, para tirarse al piso y que este señor alcance su objetivo, porque ya es momento de ensalzar la tradición diplomática de México, venida a menos por estos inexpertos gobernantes que han puesto de rodillas a 120 millones de mexicanos, por capricho y nada más.
Sextante
Y Javier Duarte ¿cuándo? Señor presidente. Los veracruzanos estamos a la espera de su implacabilidad en la cero tolerancia del fenómeno de la corrupción, que tanto ha enarbolado su administración. O ¿acaso este sujeto es un clon de Houdini? O ¿tiene maiceados a sus funcionarios?
Al tiempo.
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