Las voces que ya se escuchan no son patrioteras como algunos pudieran llegar a pensar, son voces de razón y de justicia. Voces que proponen, dentro de un elevado concepto de la defensa, contener la agresión con una declaración nacional de rechazo al agresor, al que osó insultarnos para ganar votos que lo llevaran a la Presidencia de Estados Unidos. Voces de rechazo a quien como Presidente de los EEUU necesita de México para que fructifiquen sus políticas comerciales y de seguridad nacional.
No obstante, es una lástima que las voces no hayan salido del Gobierno establecido; que no hayan surgido del Palacio Nacional, de Los Pinos, del Congreso Federal, de los Congresos y Gobiernos Estatales, sino hayan tenido que salir de la sociedad civil, de mexicanos que aman a México.
En materia política provinieron de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el hijo del Tata Lázaro… En materia diplomática salieron del ex canciller Jorge Castañeda… en materia legislativa en solitario, el senador Armando Ríos Piter alzó la voz… en las artes, el canto de protesta fue de Eugenia León.
De entrada van ellos, pero ya es tiempo de que México y los mexicanos tomemos el toro por los cuernos y tomar medidas ni más ni menos del tamaño que las ha tomado Trump.
Medidas cautelosas, pacíficas o drásticas, las que guste y mande; pero hay que tomarlas. Cada quien desde su trinchera, pero hay que tomarlas.
En primer lugar hay que definir el objeto de los ataques de Trump para que nos pongamos de acuerdo:
- El muro a que se refiere Trump no es de ladrillos ni de cemento. No es algo que se pueda brincar con una pértiga, ni burlar por debajo por un túnel. Es un muro principalmente de hostilidad, es un muro de rechazo, y ese muro ya está operando y ya lo pagamos los mexicanos a través de la paridad peso-dólar. Lo están pagando cientos de empleados-mexicanos amenazados con despidos en plantas automotrices. Lo están pagando millones de mexicanos que trabajan en los Estados Unidos.
- El muro no es contra inmigrantes.
- El muro no es contra el gobierno mexicano.
- No es contra los partidos políticos, Organizaciones No Gubernamentales, productores del campo, industria o el comercio.
- El muro no es contra gobernadores de la frontera norte o sur, o de tal o cual ideología.
- El muro, en síntesis, no es contra tal o cual, es contra México, contra el país.
Dejemos de hablar del muro y entendamos que Trump es nuestro enemigo así como él nos considera. El chiste se convirtió en Presidente y debemos actuar.
Cuauhtémoc Cárdenas no se escondió para hablar, ni envió a alguien a que hablara por él. Esta mañana describió a México en entrevista con Ciro Gómez Leyva, de “sumiso y silencioso" ante Trump, y sostuvo que ha hecho falta una postura firme.
Cárdenas criticó al gobierno mexicano de estar totalmente silencioso y de haber demostrado absoluta sumisión ante las amenazas de Trump. No ha hablado de un cambio real de nuestra política hacia el exterior. “Incluso casi casi ha aplaudido el que Trump esté pegando a México y a los mexicanos”, dijo molesto.
Puntual como es Cárdenas, solicita al gobierno de México, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto, una posición más firme en defensa de nuestros intereses.
Así, Cuauhtémoc Cárdenas ha dicho ¡Basta! Ha dicho el porqué los mexicanos debemos estar unidos contra Trump. Él mismo encabezará mañana martes actos de protesta contra Trump a unos cuántos metros de la frontera en Tijuana.
Jorge Castañeda y Armando Ríos Piter, por su parte, señalan el camino y las propuestas de ataque en las que todos los mexicanos se deberían involucrar. Lo hacen en un ensayo publicado en la Revista Nexos en el que afirman que “México no tiene por qué apaciguar a Trump”… Puede contraatacar. No ganará todas las batallas, pero podría lograr más mediante la oposición al nuevo presidente, aumentándole el costo de sus políticas antimexicanas y contamos con múltiples fichas para hacerlo.
Medida 1. Sobre el TLCAN, México simplemente puede decirle a Washington que no está dispuesto a renegociar el tratado… Abrir un proceso de esa naturaleza detendría el flujo de inversiones a México por lo menos el tiempo que durara la negociación.
Medida 2. Deportaciones, seguir el ejemplo de la asamblea legislativa de California.
Medida 3. Dejar de cooperar con Estados Unidos en materias que a ellos les interesan y en las cuales México ha cooperado durante años como la lucha contra el narco y la migración.
No es necesario repetir aquí todo un plan muy bien elaborado y justificado que exponen en ese ensayo Castañeda y Ríos Piter, baste decir que México ni está manco ni debe seguir cruzado de brazos ante quién hoy ha osado profanar con sus declaraciones a todos los mexicanos.
Y para cerrar este espacio por ahora, ya escuchó Usted cantar a nuestra querida Eugenia León, la especie de parafraseo de “La Paloma”, escúchela, se la recomiendo. Cientos de miles de mexicanos ya la escuchan en las redes sociales. |