Ahora los grupos políticos, antes unidos en el poder que detentaba el titular del Ejecutivo, caminan por la libre con la esperanza de alcanzar sus aspiraciones al convertirse esta en tierra de nadie -al interior de su partido-, olvidando que la determinación habrá de venir del centro, por instrucción directa del presidente Enrique Peña Nieto a quien le interesa evidentemente recuperar el bastión perdido por las complicidades en las que se sumergió junto al pirata que hoy huye y no da la cara.
Para ello, todo se ha comenzado a cerrar entre cuatro personajes, en primer lugar, una dama como Erika Ayala quien enarbola la bandera de Héctor Yunes Landa -quien no ceja en su intentona por volver a ser candidato al Gobierno Estatal.
De igual modo, se ha inscrito a Silvio Lagos Galindo -ligado afirman al senador peroteño José Francisco Yunes Zorrilla-, aun cuando algunas voces dicen que ya lo bajaron de la negociación.
Por otro lado la Confederación de Trabajadores de México (CTM), pretenden de la mano de Carlos Aceves del Olmo, su máximo líder, impulsar la candidatura de su sobrino, Carlos Aceves Amezcua, quien ya fuera legislador local en tiempos de la fidelidad, cosa que lo descarta o le mancha más su currículo y posterior al hecho de que sería postulado por un sector del partido, acción que no tiende a unificar, sino a dividir.
Y el delegado del ISSSTE en Veracruz, Renato Alarcón Guevara quien ha señalado que el no busca chamba, porque trabajo tiene, pero no niega su militancia priista y si sus capacidades aportan a sumar esfuerzos en pos de su partido el alza la mano.
Lo que pocos miden u observan es que ahora el priismo deberá unificar criterios en pos de un proyecto en común, de un proyecto que les permita caminar y transitar hacia el futuro o condenarse a la extinción.
A lo que no habrá dejar de lado que Alarcón Guevara responde a los intereses del presidente Peña Nieto y ese si es el gran elector.
Sextante
Vaya revelación la referida por el periodista Salvador García Soto, en su columna Serpientes y Escaleras que publica El Universal, en el sentido de que a Javier Duarte le han estado dando pitazos.
Y es que este miércoles público que “la queja fue directa del mando más alto de la Secretaría de Marina, encargada por el presidente Enrique Peña Nieto para encabezar y coordinar la búsqueda del prófugo Javier Duarte de Ochoa: “Van por lo menos cuatro ocasiones en que las células de élite de la Marina están a punto de capturar a Duarte, llegan al lugar en donde se encuentra y, como si alguien le avisara de los operativos, ha salido minutos antes de que lleguen los marinos”. El delicado señalamiento del alto mando de la Armada de México, al mismo tiempo que sugiere que al ex gobernador le están pasando información desde una instancia de seguridad federal, explica por qué hasta la fecha, tres meses después de su apoyada fuga el pasado 13 de octubre, ni los grupos de inteligencia de la Marina —los mismos que recapturaron al Chapo Guzmán— ni todas las agencias federales de seguridad han podido encontrar al escurridizo ex mandatario veracruzano”.
Sería bueno recordar que el hoy prófugo fue sumamente condescendiente con algunos de los mandos de la Secretaría más leal al país, tan fue así, que intento por todos los medios hacer responsable de la seguridad de Veracruz al ex secretario de Marina, Mariano Francisco Saynez Mendoza, quien jamás se lo aceptó, pero a quien si le otorgó la medalla Adolfo Ruiz Cortines en diciembre del 2014, como reconocimiento al apoyo brindado a la entidad.
Alguien le está filtrando la información es la afirmación, la pregunta ¿quién?
Al tiempo.
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