El Código Penal Federal, en su Artículo 215, se refiere al delito de Abuso de Autoridad y en su segundo apartado establece que cometen ese delito los servidores públicos “cuando ejerciendo sus funciones o con motivo de ellas hicieren violencia a una persona sin causa legítima o la vejaren o la insultaren”.
Para quien comete ese tipo de delitos se le impondrá de uno a ocho años de prisión y de cincuenta hasta cien días multa.
En el mismo ordenamiento jurídico, en el Artículo 248 Bis, se señala que incurre en el delito de “falsedad en declaraciones judiciales y en informes dados a una autoridad”, el que “con el propósito de inculpar a alguien como responsable de un delito ante la autoridad, simule en su contra la existencia de pruebas materiales que hagan presumir su responsabilidad”. A quien incurra en esta falta se le impondrá prisión de dos a seis años y de cien a trescientos días multa.
Esto viene a colación porque el titular de la Secretaría de Salud federal, José Narro Robles, informó que están en proceso de presentar cuatro denuncias por la falta de comprobación del uso de recursos públicos en contra el gobierno de Veracruz.
Pero habló también de la denuncia sobre la supuesta aplicación de agua destilada a niños con cáncer. Dijo que se están preparando las acciones legales para que se presenten evidencias, e insistió en que nadie puede hacer una afirmación tan delicada sin contar con los elementos de prueba:
“He pedido que todas las evidencias nos sean proporcionadas; que cuando se dice que a alguien se le ha inyectado agua destilada en vez de una quimioterapia, que por favor nos diga dónde está esa evidencia, dónde está esa persona o quién fue quien hizo esa atrocidad de (tal) naturaleza… eso está en desarrollo”.
Luego de que Narro Robles rechazara la existencia de evidencias sobre la aplicación de falsos medicamentos a menores enfermos de cáncer, el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares se quejó de que el secretario de Salud haya hecho declaraciones, cuando la investigación de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) “todavía no concluye”, lo que calificó de “comportamiento sospechosos”.
Y sin embargo eso mismo hizo él. Denunció ante los medios de comunicación la comisión de un delito abominable, sin haber presentado hasta el momento una sola prueba. No sólo eso. Se atrevió a señalar de forma directa a los exgobernadores Fidel Herrera y Javier Duarte sobre ese supuesto delito, sin que hasta el momento haya dado el nombre de un solo paciente, al menos, que haya sido víctima de tan aberrante práctica.
¿Habrá que calificar su comportamiento, también, como un “comportamiento sospechoso”?
Por lo pronto y advertido de que el nuevo gobernador trae metido el espíritu de Pancho Villa (“jusílalos, después viriguas”), Fidel Herrera Beltrán, gestionó un amparo contra cualquier orden de aprehensión, presentación o retención que pueda ser girada en su contra.
El trámite número 133/2017, fue presentado el jueves en el Juzgado Segundo de Distrito en Materia Penal y Juicios federales del Segundo Circuito con sede el Estado de México. El juez se declaró incompetente y lo remitió a Veracruz.
Está claro que no tocará tierras jarochas hasta que le confirmen la suspensión provisional y nada pueda hacerle Miguel Ángel Yunes.
Aunque… quién sabe.
* * *
Epílogo.
En la carretera Tuxpan-Tamiahua fue capturado un comando de 9 sujetos que dijeron pertenecer a ese nuevo cártel que tanto se ha promovido en fechas recientes, “La 35 Z”. A los detenidos les aseguraron una granada, cuatro rifles AR-15, dos pistolas y 169 cartuchos. “La 35 Z” ha desplegado mantas en todo el estado anunciando que acabaría con otros grupos delictivos. *** A Miguel Ángel Yunes Linares le han endilgado todos los apodos posibles. Desde el de “Perro” que le aplicó Fidel Herrera a inicios del presente siglo, le ha seguido una retahíla de sobrenombres, cada uno más ingenioso y “malaleche” que el anterior. Hubo una etapa en la que se referían a él como “El Blue Demon”. En fechas más recientes, Andrés Manuel López Obrador se le fue a la yugular y dijo de él que era “lo mismo que Javier Duarte”. Todos pensaban que ese sería el peor insulto, pero no. El “junior” Marco Antonio del Ángel, hijo del dirigente del Movimiento de los 400 Pueblos, César del Ángel, lo superó, pues se refirió al gobernador como “El Pequeño Trump de Veracruz”. De verdad que hay que tener la piel gruesa. *** Y a propósito de “bullying” político, el economista Rafael Arias no se queda atrás. Consultado sobre el papel de la Legislatura local frente a la propuesta de Yunes Linares de renegociar la deuda, sugirió que los diputados primero deben aprender a leer, y que entiendan que “no se trata sólo de pasar los ojos sobre el texto, sino un ejercicio de comprensión”. O sea, que los regresó a la Primaria.
filivargas@gmail.com |