Y es que a la fecha, el PRI representa más un verdadero lastre que sumarle a la figura de un buen político.
Montano es hombre de retos, hombre de esfuerzo, capaz y valiente toma la estafeta que otros temerosos prefirieron no enarbolar, pues sentados a la sombra confían que sus proyectos personales les resulten en mejores derroteros, ocupando alguna regiduría sabedores de que difícilmente la capital pueda ser ganada por este instituto político.
Alejandro Montano forjado bajo ese fragor que da la formación militar, se faja en el reto, él no es de esos “políticos zacatones” como le revelará a este reportero el mismo Héctor Yunes hace poco más de dos años al expresar su intención de ser gobernador de Veracruz.
Montano es un cuadro valioso dentro del muy lastimado priismo, un hombre de respeto, que sabe de los tiempos, y de las circunstancias.
Quizá por ello, emulando a su mentor el ex gobernador Miguel Alemán Velasco, sabe que el juego político se rige por constancia, conciencia y circunstancia, hoy la vida lo coloca en la circunstancia, pues el fiel a su convicción política ha mantenido las dos primeras, constancia, pues se ha mantenido firme durante más de 40 años en el PRI, conciencia, porque su actuar es el reflejo del equilibrio y no del arrebato, su actuar público expresa eso, mantenimiento de una conciencia política, publica, y social; faltaba nada más la última, la circunstancia, y aun cuando quizá esta no es la más idónea, Montano Guzmán sabe que es ahora o nunca.
En política existe otra regla no escrita que refiere precisamente esto, las oportunidades no se presentan dos veces, y en caso de existir, quizá la segunda jamás sea tan buena como la primera, así que habrá que tomarla como viene, pues segundas partes jamás fueron buenas, dice el resabio popular.
De alinearse los astros, Alejandro Montano, habrá de enfrentar a personajes que darán una férrea batalla, por Morena, habrá de pelear con Hipólito Rodríguez, un avezado doctor en economía con especialidad en desarrollo urbano y social, que conoce de las formas y modos, para transformar las realidades de una ciudad como la capital; así también deberá encarar a otro que a eso de la academia le sabe un poco, quizá por ello, Armando Méndez de la Luz y Dante Alfonso Delgado Rannauro lo han cobijado bajo sus siglas en Movimiento Ciudadano, como es Carlos Luna Escudero; y por último, al que parece se perfilará por la Coalición PAN-PRD, Nicanor Moreira Ruiz, quien habrá de remar contra corriente pues en eso de hacer política es el que menos le sabe.
Quizá en los momios, el priista llegue como último lugar, y eso le da una ventaja, pues podrá caminar a sus anchas sin mayores expectativas, lo que puede ayudarle, sobre todo, cuando Morena en Xalapa, ha demostrado que colocando al más ducho, o incluso a una vaca –como pretendió Javier Escalera Carbonell – podría alzarse con la victoria.
Pero en esto de la política, como en el beisbol, hasta que no caiga el último out, no hay vencedor, esperemos que quienes calcularon esta jugada, no dañen y no afecten la figura de un personaje que realmente actúa de buena fe, por su partido, y sus convicciones, aun cuando en la realidad otros, solo buscan amarrar sus intereses.
Sextante.
Que alguien le avise al alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez que quien le administra eso del área de comercio y espectáculos, se está o pasando de vivo o lo está timando, y es que la aparición de antros, bares, y salones de juego por la ciudad parecieran, pretender crear las condiciones suficientes para crear una réplica de las Vegas región 2.0.
Y es que alguien nos explique ¿cómo frente al Instituto Tecnológico de Xalapa, se permitió la apertura de un billar? ¿Qué acaso este tipo de centros de vicio, no debieran estar instalados a una distancia considerable?
La política de recreación de la presente administración municipal, está siendo desvirtuada por alguien evidente mal intencionado, pues esta misma mecánica se repite en Ávila Camacho quien frente a la Escuela Motolinia permitió la operación de una cantina denominada La Tiendita, bajo el giro de cevichería, que lo que menos que vende son cocteles de mariscos, y si montones de cartones de caguamas que embrutecen a los jóvenes que con en el enganche en el alcohol, se involucran en otro tipo de adicciones. ¿Así mejoraremos nuestra capital y a nuestros jóvenes? Yo creo que no… ¿usted qué piensa?
Al tiempo.
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