En el caso de la cabellera abundante se dice que es una fuente valiosa de energía; para muchos tener el pelo corto es limitarse, es negarse a la abundancia.
Poco le duró el gusto de la barba a Javier Duarte, quien tuvo que regresar a su rostro lampiño por las comparaciones que hicieran de su persona con “El Botija”, personaje de Chespirito interpretado por Édgar Vivar, “El señor barriga”. Pero Karime no cesó de tener un pelo abundante, porque ella si creía en esas cábalas, en esos mantras.
El reciente descubrimiento de las libretas de anotaciones y el diario de Karime Macías de Duarte dan fe no sólo de su credulidad por estas cosas del esoterismo, sino además dan fe de su tremenda codicia y avidez. Con Karime nos damos cuenta que los mantras que ella usaba no sólo se recitaban, sino que había que escribir planas completas con estas frases “mágicas”.
“Sí merezco la abundancia” repetido infinidad de veces es el intento de reprogramarse, pero al mismo tiempo de hacer a un lado la culpa por la manera como se consigue esa abundancia. Para Karime Macías su mantra era un velo que cubría su rostro para no contemplar las atrocidades que ella y su marido cometían. “Sí merezco la abundancia” hace a un lado cualquier escrúpulo, cualquier código de ética, cualquier valor moral. Para Karime no importaba de dónde llegara la abundancia, lo importante es que llegara. Que llegue la abundancia sin importar que se haya dejado sin recursos a varios municipios, que continuaron en el atraso ante la falta de recursos; que llegue la abundancia sin importar que en los hospitales nunca hubo medicinas ni implementos para sanar a los enfermos; que llegue la abundancia sin importar que los niños en las escuelas no tengan pupitres ni piso de cemento; que llegue la abundancia sin importar que a los adultos mayores se les haya dejado sin su pensión prometida; que llegue la abundancia a pesar de que en las calles sigan levantando jóvenes, secuestrando empresarios, asesinando mujeres y niños.
Ahora que Javier Duarte y Karime Macías están fuera del gobierno nos sentimos liberados, pero al mismo tiempo burlados; nos sentimos aliviados pero al mismo tiempo asqueados; nos sentimos engañados pero al mismo tiempo con ganas de justicia. Durante seis años Veracruz vivió secuestrado por esta pareja enferma, por estos sociópatas esotéricos que tenían en sus genes la avidez insaciable de los cerdos.
Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com |