En ciudades como Tuxpan y Poza Rica, el PRI pareciera suicidarse políticamente, porque ha dejado de lado la posibilidad de triunfar en las urnas en nombre de una disposición que nunca ha respetado. La de tener candidatos equilibrados entre hombres y mujeres.
Ante esta panorámica electoral, el tricolor se convierte en un factor de derrota anticipada al crear una inconformidad como nunca antes al interior de sus filas, donde seguramente se anunciará más de una deserción.
Así, el comité directivo estatal del PRI desechó el registro por Poza Rica de todos los aspirantes hombres, entre ellos la propuesta de los petroleros y maestros Miguel Ángel Chagoya y Gaudencio Hernández Burgos, así como otros aspirantes que han realizado trabajo serio en sus comunidades, precisamente con el objetivo de ser conocidos y reconocidos por los votantes.
El Comité Directivo Estatal del tricolor decidió que en Poza Rica vaya una mujer por designación directa, Evelyn Hernández, quien por su trabajo con la sociedad civil y el arraigo que tiene en el pueblo es la única opción de triunfo que podría tener para recuperar la confianza de los ciudadanos, y devolverle la plaza al PRI.
Además, Evelyn Hernández cuenta con un proyecto elaborado con gran conocimiento del terreno que pisa, así como su labor como gestora, a quien se le reconoce como un puente entre la población y la administración pública. Su trabajo como comunicadora le ha permitido ir más allá de la realidad de una región convulsa no sólo por la industria petrolera sino por la problemática social que confluye en esa ciudad.
Pero también se han impuesto criterios cuyo origen oscuro se desconocen como es el caso de Norma Anaya, quien fuera candidata por el PRI a la presidencia municipal en 2004; contienda en la que perdió frente a Guadalupe Velázquez Casanova, quien en aquella ocasión logró la alternancia política al llevar al PAN a la alcaldía. Anaya, fue jefa de la oficina de hacienda, esta como premio de consolación, donde hizo un pésimo papel dejando una serie de sospechas que tiene que ver con los dineros del estado.
Se sabe que con una candidata como Norma Anaya poco puede lograr el PRI, que, en casos como éste, podría no sólo perder algunas presidencias municipales sino hasta su registro en Veracruz.
La audacia del partido cae en el intento de suicidio, porque la corriente que parece surgir de origen desconocido dentro de sus cúpulas estatales, pareciera estar dedicada a desaparecer al partido.
En este momento las encuestas colocan al PRI en la entidad en el cuarto lugar, sin embargo, este cuarto lugar podría convertirse en un lugar lleno de optimismo si siguen postulando de manera improvisada e inconsciente a sus candidatos.
En Poza Rica otra de las impuestas en nombre de la equidad de género es Lilia Christfield, quien es apoyada por Erika Ayala. Así aseguran quienes la imponen.
Evelyn podría dar la sorpresa si acepta la candidatura, así sería la única vía para que el PRI gane Poza Rica.
En la actual contienda electoral ya hay varios ex priístas quienes podrían ganar como es el caso de Pablo Anaya, por Movimiento Ciudadano, ex presidente municipal, ex diputado federal y ex diputado local.
Por la alianza PAN-PRD va Cesar Ulises Rivera Garza, y lleva como síndico al ex priísta Noé Pérez.
Ahora, los hombres y mujeres, es decir los candidatos, tienen que pesar más que el propio partido que los postula para trascender y convertirse en triunfadores dentro de un esquema electoral competido y ante una ciudadanía cada vez más consciente.
El caso de Tuxpan es similar, ahí fueron bajados de la lista Ezequiel Castañeda Nevarez, Miguel Ángel Elizalde Martínez, Crisóforo Hernández Cerecedo, Rogelio Abrego Hernández, Francisco Arango Graña, Edmundo Cristóbal Cruz y Moisés Acosta Cervantes, quienes, según el comité municipal del tricolor “no garantizan el cumplimiento de principio de la paridad de género”.
En Tuxpan los priístas están en desacuerdo porque todavía no saben quién podrá ser la candidata, y quien quiera que fuere, no se ha registrado para competir, en tiempo y forma.
Es por eso que no debe extrañar que esta vez el PRI no quede en tercer lugar, como sucedió hace un año, sino que se vaya al cuarto o quinto lugar, si no es que pueda desaparecer del mapa electoral de esta localidad.
El PRI ha decidido suicidarse en Veracruz, el saqueo que realizó su último gobernador pareciera haberle herido de muerte y ahora, ante la necesidad de avanzar, prefiere retroceder y convertirse en lo que consideró nunca más ser de nuevo: Un dinosaurio que ve con ojos del pasado un presente que no puede controlar y un futuro en el que pareciera no querer participar… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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