2. El de Ricardo Anaya, el Presidente del PAN, que quería convencernos más de su candidatura a Presidente de la República que de otra cosa.
3. El de Renato Alarcón, Presidente del PRI estatal, que hablaba de un PRI que resurge, que se apartó de los destrozos y corruptelas del fidelismo-duartismo.
4. El de Movimiento Ciudadano, cuyos directivos no se metieron en camisa de once varas y mejor pusieron a cantar a niños.
5. El del PRD, en el que se proponía como “la izquierda del cambio”.
6. El del Panal, que se dedicó a promover la figura del docente de educación básica.
Las preguntas eran tres y simples, directas:
1. ¿Cuál es el spot que más le gustó?
2. ¿Cuál es el spot al que más le creyó?
3. ¿Hubo algún spot que lo convenciera de votar por un partido?
Pues bien, la respuesta mayoritaria para las tres, con 54%, fue: a) Ninguno, b) Ninguno, c) No.
Después, el spot que más gustó fue el de los niños de Movimiento Ciudadano, con 32%, y se repartieron un 7% cada uno el de Andrés Manuel y el de Renato Alarcón. Debo consignar que el de Ricardo Anaya recibió un voto.
Aunque la mayoría no creyó en los spots, sí hubo un 19% de aceptación para Morena, 13% para el PAN y 12% para el PRI. Los creativos del PRD, de Movimiento Ciudadano y del Panal recibieron, cada uno, un honroso 1%.
Y en el convencimiento, ya dijimos que más de la mitad de las respuestas fueron en sentido negativo (53%). El restante porcentual se dividió entre Morena y el PRI, cuyos líderes fueron aceptados, respectivamente, por el 20% y 19%. El Movimiento Ciudadano obtuvo 5% y 3% el Panal. El PRD no obtuvo ningún voto en este sentido.
¿Qué queda de este ejercicio en el que me hicieron el favor de participar?
Primero, mi agradecimiento por su voluntad de interactuar y convertirse en lectores proactivos, en co-autores, que es lo que nos permiten cada vez más las redes y la tecnología informática.
Segundo, que los partidos deberían plantearse la viabilidad de los spots como un medio de propaganda y convencimiento hacia los electores. Es bastante revelador que el spot que más gustó fue el que menos contenido político tuvo, y en el que salen niños que no participan ni política ni electoralmente (es como si se hubiera hecho un spot musical para sordos).
Y tercero, que los dineros que aportamos los ciudadanos se podrían invertir de mejor manera en las campañas.
Por último, y como recado a las autoridades electorales, ésta no fue una encuesta en sentido estricto, sino un ejercicio de comunicación entre un columnista y sus lectores.
Aparte, como es evidente, la intención nunca fue promover el voto hacia ningún candidato o partido, porque mantengo mi creencia de que el periodista debe ser imparcial.
Gracias a todos por su respuesta, cuyo número en verdad me halagó. Quedo en deuda.
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