El propio Presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, dio la primera pista acerca del origen de los videos en los que se exhibe a la diputada de Veracruz con licencia, Eva Cadena Sandoval, aceptando dinero en efectivo que –según se logra entender en las grabaciones- tenía como destino al propio López Obrador.
El dirigente de Morena acusó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chongo, de estar detrás de la divulgación de esos videos y aseguró que la grabación fue entregada por el funcionario federal, “como parte de una colaboración con el gobernador Miguel Ángel Yunes”.
El señalamiento tiene su lógica. En caso de que el actual gobernador de Veracruz hubiera pretendido circular dichos videos por su cuenta, con seguridad lo habría hecho a través del medio de circulación nacional que más lo favorece con espacios, el periódico Reforma.
La tesis que se maneja es que una vez en posesión de las grabaciones (al menos las dos primeras) Yunes Linares optó por ganar puntos con el Presidente Enrique Peña Nieto, quizá el político más interesado en que tropiece el dueño de Morena.
Los videos habrían sido el tema central de la conversación sostenida entre el Presidente y el gobernador de Veracruz el pasado 21 de abril, en la breve gira de Peña Nieto al acto solemne en la Escuela Naval de Antón Lizardo.
Fue a partir de esa charla que Miguel Ángel Yunes consiguió cita con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, lo que se podría interpretar como un gesto de cortesía por el servicio prestado.
El tema no es menor, pues si se fortalece la versión de que fue Rocío Nahle la promotora de esas grabaciones, el punto de partida pudo haber sido un acuerdo con otro diputado federal, con comprobados vínculos y acuerdos con Yunes Linares: el coordinador de los diputados federales priistas de Veracruz, Érick Lagos Hernández.
Este personaje no sólo le habría entregado los videos al gobernador de Veracruz, sino que –incluso- se habría adjudicado la autoría de esa travesura, con el mismo fin de todos ellos: ganar puntos con quien hoy gobierna la entidad.
De Rocío a Érick, de Érick a Yunes, de Yunes a Peña, de Peña a Osorio, de Osorio a la redacción de El Universal.
Lo cierto es que el obsequio de Yunes Linares al Presidente es, hasta el momento, el golpe más contundente que se haya podido asestar al aspirante de Morena a la Presidencia del 2018.
El golpe se dio, además, justo en los momentos en los que se libra la batalla por la gubernatura del Estado de México y, combinado con los señalamientos contra la candidata de Morena en aquella entidad, Delfina Gómez, por haber cobrado “diezmos” durante su gestión como alcaldesa del ayuntamiento de Texcoco, han conseguido frenar el acelerado crecimiento que mostraba.
Todo esto forma parte de una estrategia de Miguel Ángel Yunes Linares hacia el 2018. Cuando se acerque el momento de definir candidaturas, el próximo año, el actual gobernador de Veracruz se acercará a Peña Nieto y le pondrá en bandeja de plata la entidad. Le hará ver que él es el único capaz de restarle votos a Andrés Manuel. A cambio, pedirá que le despejen el camino en Veracruz, para impulsar a su sucesor que sería… adivine usted. ¡Claro! Su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río.
Ceder una vez más la gubernatura de Veracruz al PAN, a cambio de que López Obrador sea ampliamente derrotado en una de las tres entidades con mayor padrón electoral, podría resultarle atractivo a Peña Nieto.
Bien dice aquella máxima: “El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”.
* * *
Epílogo.
Bueno de verdad el arranque de campaña del priista Alejandro Montano. Demuestra que conoce los problemas de la capital veracruzana y sabe cuál es el sentir de sus habitantes. No tiene una tarea fácil, pues las “marcas” que lo acompañan (PRI y PVEM) más que sumarle, le restan votos, pero la fórmula debe ser estar en todos lados, dialogar con todos los grupos y buscar soluciones a los principales problemas de Xalapa. *** No pierda de vista el proceso que habrán de seguir a nivel federal contra Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”, quien asumió el liderazgo del Cártel de Sinaloa luego de que fuera capturado, por tercera ocasión, su comadre Joaquín “Chapo” Guzmán. El asunto tiene relevancia para Veracruz, porque Dámaso López fue quien operó la primera fuga del Chapo, del penal de Puente Grande, en Jalisco, justo cuando relevantes personajes de la vida política de Veracruz tenían la responsabilidad de las penitenciarías. Ya de entrada se habla de que el detenido podría acogerse a un esquema de “testigo protegido”. Más de uno habrá perdido el sueño.
filivargas@gmail.com |