Pobre Veracruz, cada día más pobre y hambriento, padeciendo gobernantes, funcionarios y servidores públicos tanto federales como estatales y municipales, caros e ineficientes, y no pocos corruptos y delincuentes.
Excepciones aparte. Sosteniéndolos y padeciéndolos, cómodamente instalados en dependencias e instituciones públicas que, entre más grandes, complejas y caras son, en su operación cotidiana, resultan cada vez más limitadas, insuficientes o quebradas.
Simple consecuencia de conocida y hasta hoy no resuelta, ni bien atendida emergencia financiera y de administración pública estatal. Falta evidente de un auténtico fortalecimiento institucional que no llega, que sigue pendiente y favorece insuficiencia, corrupción y delincuencia en el gobierno.
Hechos y resultados que hacen cada vez más notorio, que para ellos Veracruz y los veracruzanos son prioridades secundarias.
Lo primero es lo primero, sus intereses propios. Políticos, funcionarios y gobernantes, demasiado dedicados a sus asuntos personales, familiares y de grupo, así como a los intereses partidistas de grilla, propaganda, entretenimiento, manipulación y “guerra sucia” electoral.
Obligado preguntar, ¿Cuáles son las prioridades de quienes gobiernan? ¿En realidad cumplen con ley y encargo? ¿Cómo y cuándo son evaluados, con una participación ciudadana y social verdadera?
Después del desastre padecido y recibido, persisten muchas preguntas sin respuestas, resultado de vieja y nueva opacidad.
¿Por qué sigue sin aprobarse el presupuesto, violándose la norma constitucional y diversas leyes en la materia, tanto federales como estatales? ¿En verdad se ajustó el presupuesto o solo se gana tiempo, para írsela llevando y administrar la desgracia? ¿Qué hay de la estrategia financiera completa?
Transparencia, diagnóstico y estrategia que, en principio, expliquen situación y perspectivas, eviten mayores desastres, unifiquen y orienten todos los esfuerzos, e impulsen y fortalezcan la participación ciudadana y social.
Y hay que insistir. Primero, diagnosticar para encontrar la enfermedad, para luego seleccionar el remedio. No al revés; y menos simular o hacerlo en forma improvisada, con ocurrencias y a conveniencia; y lo que es peor, con escándalos, sensacionalismo y manipulación mediática, que solo sirven de distracción y entretenimiento.
Imprescindible evitar que se repita o profundice este tipo de errores y abusos.
A propósito, debe recordarse, que el gobierno de Duarte se negó a cumplir con la ley y contestar, fingió demencia y no informó, sobre el tamaño del daño, el monto de toda la deuda estatal oficial, no solo la bancaria y de valores.
Saberlo es importante. Hoy, se debe reiterar y preguntar ¿Cuál es el monto total-total del endeudamiento gubernamental estatal? ¿A dónde pararon miles de millones de pesos desaparecidos?
La realidad real se impone sobre percepciones especulativas, sensacionalismos manipuladores, y versiones oficiales sin sustento. Con claridad, en hechos y resultados, se muestra la diferencia entre decir y cumplir, prometer y simular; y también, se identifican las verdaderas prioridades de quienes gobiernan.
Por lo pronto, para muchos su prioridad es obtener o mantener el poder y la representación públicos; no salen de unas elecciones, cuando ya se involucran en otra u otras.
Activos y protagónicos, en el interminable carnaval electoral, donde siempre hay lugar para candidatas a reinas y reyes, a comparsas y carros alegóricos.
La prioridad para esos, claramente no es servir, sino servirse del poder. Su meta es ganar y ampliar poder y cargo oficial, aunque se pruebe y compruebe que ineptos y corruptos no sirven, ni pueden.
En fin. Para un buen gobierno siempre es tiempo de evaluar, de confrontar dicho y hecho. Prioridades sociales por delante.
MÁS EXCLUIDOS Y RECHAZADOS. ¿Y LA UV?
Por lo pronto, y a reserva de ampliar al respecto. Puede asegurarse que crece el problema y que la educación en Veracruz, es en gran parte, otro caro fracaso y persistente fuente de corrupción.
Para empezar el rezago educativo sigue siendo de los más altos del país; y, por ejemplo en analfabetismo, la entidad permanece en el primer lugar nacional, con más de 560 mil analfabetas.
Y en cuanto a la cobertura de educación superior, 7 de cada 10 jóvenes veracruzanos no son atendidos.
En otras palabras crece el número de “NI-NIS”, así conocidos porque ni estudian, ni trabajan; y también, los que concluyen alguna carrera, pero terminan como “NO-NOS”, los que no encuentran empleo y no tienen ingresos, ni prestaciones.
La injusticia y falta de responsabilidad gubernamental e institucional, se muestran con más claridad, en el repetido y creciente aumento de excluidos de la Universidad, ante casi la misma cantidad de admitidos. ¿Qué se ha hecho y se piensa hacer al respecto? ¿Son los jóvenes prioridad oficial, o pretexto y tema de simulación?
Por si fuera poco la UV padece la peor crisis financiera de su historia…y está involucrada, en un obsoleto y cuestionado proceso, de supuesta elección.
*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH
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