Habrá de ser el más fuerte aliado de José Francisco Yunes Zorrilla en la recuperación priista de Veracruz.
Será quien presente un sólido frente opositor ante los embates de un crecido Miguel Angel Yunes Linares empeñado en imponer a su hijo, Miguel Angel Yunes Márquez.
Héctor será el veneno de su primo hermano.
Será quien además ataje los afanes naranja que buscan congraciarse con Morena para imponer a Dante Delgado como su candidato a la gubernatura.
Héctor Yunes Landa será el factótum.
Será el más importante activo para trabajar de la mano de Pepe Yunes en el rescate de Veracruz con quien siempre se ha mantenido en el diálogo y acuerdos. Pepe ya sabe que Héctor sabe, mientras Héctor sabe el juego que juega y por qué y para qué.
Por lo pronto el Consejo Político del PRI en Veracruz habrá de reunirse para ejecutar el cambio de dirigencia estatal y prácticamente arrancar la precampaña que habrá de enfocarse en las cinco regiones veracruzanas que más votación conservan en el obvio de no empezar a recorrer los 212 municipios ya que el tiempo apremia.
Pepe Yunes enfocará su tarea proselitista en dos temas: una sólida propuesta de rescate financiero y el regreso de la seguridad pública seriamente afectada en los últimos seis meses.
Todo en el marco de una abierta lucha contra la corrupción.
Así, su bandera será de la honestidad y transparencia. La misma que ratifique su lucha contra toda acción ilícita o corrupta. La que no permita que las rémoras de la Fidelidad y el Duartismo se incrusten en su nueva oferta política.
Hoy, ha dicho Pepe, es el tiempo de buscar el voto de los jóvenes y las mujeres.
No habrá venganza contra quienes buscaron congraciarse con Miguel Angel Yunes Linares a costa de la traición del PRI, pero si pintará una raya de deslinde.
Ya no tendrán cabida los bandoleros Arcos, ni los camaleones chanclas, ni los omisos Molina, ni los transas Benítez ni Deantes. Al basurero de la historia habrán de pasar los ex presidentes priistas –Erick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota y Erika Ayala- quienes todavía hasta el pasado domingo operaron contra su partido y quienes gozan de fuero estatal y federal.
Todos ellos serán excluidos de la nueva cruzada en favor del rescate de Veracruz.
El viejo esquema del voto corporativo será respetado en tanto se demuestre en los hechos que es real y no habrá ríos de dinero para la compra o coacción del voto, tan solo una propuesta de cambio con la participación de la sociedad civil.
No habrá estridencia en el juego.
Héctor Yunes Landa cumplirá su papel de cuña apoyándose en la comisión senatorial anticorrupción que encabeza desde el Senado de la República que es todo un valladar.
No habrá desquites contra nadie. Cada quien estará en donde debe de estar y José Francisco Yunes Zorrilla, ¡Llámenme Pepe! habrá de disponer de los mejores veracruzanos, hombres de probada solvencia ética para cumplir su proyecto de vida.
Al arranque, un reducido staff de asesores habrá de retroalimentarlo y complementará lo que ha venido trabajando desde hace cinco años, es decir, las demandas más sentidas de la población en materia social.
Buscará reconstruir el tejido social, regresar a la concordia ciudadana, pondrá fin a luchas estériles y dejará muy en claro que el solo cumplimiento de la ley es suficiente para recobrar la gobernabilidad de un estado fallido.
A Pepe Yunes no le tiemblan las corvas. Es de mano firme, no dura. La mano dura reprime, la mano firme dialoga sin alianzas inconfesables.
Habrá de arrancar –de hecho ya lo hizo- ante la urgencia de los tiempos.
Solo quedan unos meses antes del 10 de noviembre cuando se haga pública la convocatoria para el registro de aspirantes. Solo quedan 12 meses antes de que la nación tenga presidente de la república y gobernador electo de Veracruz.
Los tiempos pues, se precipitaron. Apremian y urge la acción política. Para el PRI solo con la unidad podrá salir adelante.
Acaso por ello no hubo mayor duda cuando el propio Pepe invitó a la cruzada por un nuevo Veracruz a Américo Zúñiga Martínez para que encabezara el liderazgo priista.
Américo –quien en los próximos días habrá de pedir licencia al cabildo para separarse del ayuntamiento de Xalapa- cuenta con el requisito del cargo de elección popular, ha sido parlamentario, es un tribuno y se ha fogueado en la gobernabilidad.
Sabe, bien sabe, los alcances de su partido y tiene el carácter para deslindarlo de elementos nocivos, de dudosa reputación y traidores.
Américo será el factor para dar la bienvenida a las alianzas –sanas y legitimas- con los partidos Verde, Nueva Alianza y el Partido del Trabajo. El reto es regresar a los 1.3 millones de votos que han permitido la supremacía tricolor y consecuente mayoría electoral.
Los presentes son además tiempos de ajustes federales.
En la ciudad de México, tras la victoria del enclave electoral del estado de México que cuenta con un capital de 11.3 millones de sufragios, se decidió precipitar el proceso sucesorio federal.
Por decisión del primer priista, en las siguientes semanas se producirá el destape presidencial –Primero el hombre y luego el plan- y se abrirá la nueva baraja sucesoria para ocho entidades de la república en donde el año próximo habrá elecciones.
Pepe va por Veracruz con todo el apoyo, todo.
No hay discusión. No hay otro juego bajo la mesa. No habrá sorpresas. Todo está platicado y los distractores de hoy en breve retomarán su rumbo. Ya hay acuerdos. No habrá peleas ni disputas intestinas.
El verdadero adversario es Morena. El enemigo a vencer es el Peje, no su aliado natural que es el Partido Acción Nacional. Ello de tal suerte que si la república de nuevo transita a la alternancia será de común acuerdo con el PAN, no con Morena.
En tal virtud Veracruz habrá de ser gobernado por un priista, por quien más convenga a la república, mas no como resultante de un proyecto personal o los empeños estridentes opositores sustentados en corajes y venganzas.
Vienen tiempos de cordura y diálogo. De firmeza y seriedad. Veracruz será rescatado, no hay duda. Se acabaron los experimentos.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |