Algo debe haber hecho bien el actual dirigente estatal del PRI, Renato Alarcón, que los dos senadores de ese partido en la entidad, Pepe y Héctor Yunes, han salido a defenderlo, a reconocer su trabajo y a plantear que es importante que se mantenga en el cargo.
Esto quiere decir que los dos priistas que abiertamente admiten que aspiran a ser candidatos a la gubernatura el próximo año, los dos políticos con mejores méritos para abanderar el tricolor en el 2018 para recuperar Veracruz, avalan el desempeño de Renato Alarcón al frente del PRI, luego de que los números del proceso municipal resultaron (por decirlo de la manera más sutil) “menos desastrosos” de lo que se esperaba.
La suma de los votos del PRI y del Partido Verde en esta elección municipal llegó a poco más de 709 mil. Si se agregan los sufragios que consiguió Nueva Alianza (partido que fue en coalición con PRI y PVEM en el 2016) andarán cerca de los 950 mil votos, que son más de los 929 mil que consiguió Héctor Yunes Landa el año pasado.
En opinión del propio Renato Alarcón, el “piso” de votación del priismo veracruzano se mantuvo. No admite que pretendan diferenciar los votos del PRI y los del Partido Verde, pues asegura que en muchos casos, por cumplir con las exigencias de género y mantener al mismo tiempo posibilidades reales de triunfo, algunos aspirantes priistas fueron postulados por el partido del Tucán.
Advierte, sin embargo, que aunque la alianza PAN-PRD mantuvo sus números del 2016, en el detalle de la votación se percibe que Acción Nacional bajó sus cifras y el PRD elevó las propias. Cambió la correlación entre esas dos fuerzas políticas. En esta ocasión el PRD acumuló cerca de 270 mil votos, contra los 120 mil conseguidos el año pasado, lo que le da un crecimiento de 150 mil sufragios, los mismos que perdió el PAN, que en esta ocasión apenas alcanzó 780 mil, una cifra muy cercana a la conseguida por la alianza PRI-PVEM.
Esta misma semana, en charla con periodistas, el senador José Yunes Zorrilla hablaba sobre el caso Perote (municipio que él gobernó y donde vivió gran parte de su infancia) y tras la victoria del candidato priista, el doctor Juan Francisco Herbert Prado admitió que en ese municipio se habían dado evidentes casos de traición política, que grupos y personajes que medraron del priismo cuando éste era invencible, buscaron otros derroteros, pues pensaron que ya no había posibilidades de trascender en la zona con la marca del partido tricolor.
Hoy, dijo el senador Pepe Yunes, el priismo de Perote está fortalecido y se ha liberado de viejos cacicazgos y de grupúsculos que más que apoyar resultaban una carga.
Algo así pudiera estar pasando con el PRI en toda la entidad. Espantadas por el grito de que se hundía el barco, muchas ratas decidieron abandonar la nave con anticipación y buscar nuevos asideros para seguir su escalada.
Ahora se dan cuenta que el PRI no estaba tan muerto y con su huida quedaron exhibidos.
Varias lecciones recoge Renato Alarcón de este proceso, una de ellas, quizá de las más importantes, es que si pretenden competir el próximo año las alianzas que se acuerden deberán de ser totales: "Desde ahorita se los digo, me opongo rotundamente a que se vuelvan a realizar alianzas parciales, que sólo nos desgastan y que nada aportan a los objetivos electorales”, sentenció.
Bien lo dice el analista de El Universal, Salvador García Soto: “No faltará quien, dentro o fuera del PRI, opine que, con sus números actuales, su marca deteriorada y una pesada y tóxica losa llamada Peña Nieto, poco importa el nombre del candidato priísta; incluso dirán que ‘la caballada está flaca’ o de plano que ‘de todos no se hace uno’, pero la historia enseña que al PRI no se le puede ni se le debe dar por muerto; hacerlo es un error que han pagado la sociedad y sus adversarios. El dinosaurio sigue ahí… y todavía se mueve”.
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Epílogo.
Ya algunos estaban nerviosos y hablaban de acuerdos “en lo oscurito”. Lo cierto es que la PGR se tomó su tiempo para elaborar y enviar la solicitud formal de extradición del exgobernador de Veracruz Javier Duarte, al gobierno de Guatemala. Por supuesto que no es casualidad que el trámite se haya concretado esta semana, después de que pasaron las elecciones. Ya alguien en el gobierno federal aprendió que para todos estos asuntos se requiere “timing”. *** A partir de ahora el Ministerio Público de Guatemala deberá informarle al juez sobre la petición mexicana. El juzgado decidirá si la extradición se autoriza y en caso de ser positivo la Secretaría de la Corte Suprema de Justicia de Guatemala le pedirá al Ministerio de Relaciones Exteriores que lo haga del conocimiento de México, a través de su Embajada en Guatemala. Duarte puede elegir allanarse a la extradición y aceptar su entrega a las autoridades mexicanas o negarse y exigir un juicio en aquel país, lo que retrasaría el proceso. *** No piense que con la extradición (que puede tardar todavía hasta un año) se acaba la novela. En México iniciará otro capítulo.
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