Una redacción que se precie de seria no admite “notas previas” sobre temas políticos. Esto es: Si un reportero llega con la nota de que “el gobernador anunció que va a denunciar a la diputada”, el destino de ese documento será el bote de basura.
“Cuando la nota diga que el gobernador ya denunció a la diputada y me traigas los detalles del acto jurídico, entonces será publicada”, habría de decirle su jefe.
Es práctica común que en el ámbito político se lancen amenazas para presionar o denostar al contrincante. Los grupos que amagan con tomar las instalaciones, los candidatos que anticipan fraude en una elección que de antemano saben que no van a ganar, los que amenazan con suspender actividades, bloquear calles o tomar oficinas… todos ellos lanzan su advertencia con el fin de negociar una solución.
Si los medios de comunicación se prestan a divulgar dichas amenazas, en lugar de cumplir con su obligación de mantener informada a la sociedad sobre sucesos relevantes, lo que están haciendo es convertirse en instrumento de una de las partes.
A estas alturas ha quedado en evidencia que el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares decidió tomarse un “semestre sabático” para dedicar toda su atención y todos sus esfuerzos a impulsar su agenda política, que pasa por la imposición de uno de sus hijos como alcalde del puerto de Veracruz, y la conquista del mayor número de municipios en las elecciones del próximo domingo, con lo que estaría construyendo la plataforma que le garantice la continuidad (a través de otro de sus vástagos) aplicando aquella fórmula que dice que para borrar 12 años de fidelidad, se requieren 14 años de yunismo.
Pero Yunes Linares entiende que su futuro político pasa por la definición de la carrera por la Presidencia en el 2018 y sabe que un eventual triunfo de Andrés Manuel López Obrador reduce de forma significativa sus expectativas. Es por ello que ha decidido asumir que el enemigo de su enemigo… si no es su amigo, al menos es su aliado coyuntural y le ha ofrecido al Presidente Enrique Peña Nieto encabezar en Veracruz la ofensiva contra el dueño de Morena.
¿A cambio de qué?
La contraprestación bien pudiera ser que le dejara “a modo” la sucesión en Veracruz el próximo año, de manera que su primogénito no batalle.
En esta campaña contra Andrés Manuel López Obrador ha sido fundamental el affaire de la diputada local Eva Cadena. La inagotable lista de videos en los que se exhibe a la legisladora recibiendo dinero “para Andrés Manuel” le ha pegado más a Morena que, incluso, la confirmación de que la hoy candidata de ese partido a la gubernatura del Estado de México, Delfina Gómez, les retuvo a los empleados del ayuntamiento de Texcoco, que ella gobernaba, el diez por ciento de sus salarios.
Pero el origen de tan complejo entramado de complicidades no se puede mantener oculto por mucho tiempo y ambas partes (morenistas y anti-pejistas) se han apresurado para señalar a los responsables, tanto de los presuntos enjuagues financieros de López Obrador, como de los “cuatros” que le habrían puesto a Eva Cadena.
En el más reciente video divulgado, como los otros, a través del periódico El Universal, se escucha a la diputada local Eva Cadena señalar a la legisladora federal Rocío Nahle como “la encargada de acercar el dinero” a López Obrador.
Esta acusación provocó que la coordinadora de los diputados federales de Morena contra-atacara y denunciara que la mano oculta que entrega el dinero a Eva Cadena pertenece a Ana María Winckler Ortiz, hermana del Fiscal General de Veracruz, Jorge Winckler.
A este ataque, correspondió una respuesta: La hermana del fiscal denunció (en la Fiscalía de su hermano, por supuesto) a la diputada federal, por lo que de inmediato se emitió una “invitación” a Rocío Nahle para que comparezca y aporte la información y las pruebas sobre su dicho.
Rocío Nahle dio acuse de recibo, aunque hizo una contrapropuesta: Que el fiscal sea quien acuda a sus oficinas (las de la diputada) en San Lázaro.
Y en medio de este intercambio de fuego, Miguel Ángel Yunes Linares no se pudo contener y ordenó que se emitiera un comunicado (en plena veda electoral) donde anunciaba que procedería penalmente contra Rocío Nahle, por exhibir en sus redes sociales una fotografía truqueada, en la que se insertó el rostro del gobernador de Veracruz.
No importa el sentido de la foto, ni el delito presuntamente cometido. Se trata de lanzar un dardo más contra Morena, partido que hoy le disputa la supremacía a la alianza PAN-PRD en Veracruz.
Más hechos y menos dichos, una premisa que suele olvidarse en tiempos de campañas electorales.
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Epílogo.
Ya salió a la luz el nombre de Érick Lagos, como uno de los involucrados en la intriga contra Andrés Manuel López Obrador, a través de la diputada Eva Cadena. Ya en este mismo espacio se había advertido que el coordinador de los diputados federales del PRI habría sido actor preponderante en este enredo. Quienes lo conocen lo tienen muy claro: Lagos hará lo que sea necesario para congraciarse con quien hoy tiene el Poder. *** En sus giras de proselitismo por Veracruz, Andrés Manuel López Obrador presenta un discurso que no puede rebatir el gobernador del estado. El Peje señala que Yunes Linares cumplió seis meses en el gobierno… y no ha hecho nada. “Engañó en la campaña de que en seis meses iba resolver el problema de la inseguridad y la violencia en Veracruz; ya se cumplió el plazo no hay nada”. *** Y para muestra, un botón: En Córdoba, varios sujetos armados ejecutaron la mañana del sábado a un hombre cuando descendía de su automóvil. Cuando la víctima llegaba a un taller mecánico llamado “La Momia”, ubicado avenida 5 y calle 25 de la colonia San Cayetano, los sicarios le dispararon hasta provocar su muerte. *** Trascurrió ya la cuarta parte de este gobierno y los veracruzanos se siguen preguntando: ¿Para cuándo?
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