Son los papeles que siempre han jugado. Son los que mejor les acomodan: Pepe, el político bueno, y Héctor, el político malo. Este último levanta la voz y señala sin el menor rubor a su pariente, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, de ser el autor intelectual de los ataques anónimos en su contra. Pepe no grita, pero no por eso su reclamo es más suave. Llama a parar las descalificaciones y a competir trabajando por Veracruz.
Así como en su tiempo Fidel Herrera encabezó la guerra contra quienes pudieran obstaculizar el camino de su delfín (Javier Duarte) a la gubernatura, así hoy Yunes Linares hace lo necesario para debilitar a los potenciales rivales de su cachorro el próximo año.
A Pepe Yunes buscó hacerle un hoyo en la línea de flotación. Compró (a un precio mucho más alto de lo que en realidad valían) a políticos cercanos al senador y apoyó las campañas en contra del candidato priista a la alcaldía de Perote. La lógica era muy parecida a la del puerto de Veracruz. Si Pepe Yunes (o “su candidato”) perdía su municipio, su posición en la carrera por la candidatura se habría de debilitar.
En los tiempos de Fidel Herrera se decía que la mejor forma de derrotar al enemigo, era impedir que compitiera. Así, en su momento, desde las arcas estatales se patrocinó la precampaña de Gerardo Buganza, quien pretendía competir por segunda vez por la gubernatura, desde el PAN.
“Si no le quita la candidatura, al menos lo debilita. La estrategia es que Buganza lleve hasta las últimas instancias su lucha por la candidatura y, en caso de fracasar, que renuncie al PAN y se lleve un buen número de liderazgos”, me confesó en aquellos tiempos un personaje muy cercano al nativo de Nopaltepec.
Buganza, hoy diputado independiente con licencia, hizo su trabajo como se lo ordenaron y obtuvo su recompensa: Secretario de gobierno y mucho más rico, gracias a pingües negocios amparado en la protección de su cargo.
La estrategia de Miguel Ángel Yunes, ahora, es muy parecida (lo dicho: cada vez se hace más evidente la similitud entre Fidel y Miguel Ángel). El golpeteo es parejo para los dos senadores priistas, hoy por hoy los únicos con posibilidades de competir por la candidatura.
En la lógica del gobernador de Veracruz, alguno de ellos habrá de llegar, pero él se encargará de que lo hagan muy debilitados. Partido desmembrado y candidato débil, serán fácil presa de su cachorro.
Contra lo que no podrán pelear ni Miguel Ángel Yunes padre, ni Miguel Ángel Yunes hijo, es contra Pepe y Héctor unidos, lanzados al frente para evidenciar, desde la ventajosa postura de la oposición, la ineficacia del actual gobierno y la novatez e impericia de su vástago.
No podrán pelear contra la difusión seria, documentada, de los actos de corrupción en los que han incurrido los miembros del clan Yunes-Márquez. No podrán hacer frente a la ofensiva jurídica y mediática que tiene preparado el gobierno federal, para frenar al panismo en Veracruz, en la carrera por la sucesión presidencial.
En un encuentro con militantes del PRI en Xalapa, el senador José Yunes Zorrilla dijo lo que muchos de los que viven en esta entidad quisieran expresar: “Ya estamos cansados de las descalificaciones. Queremos trabajo, queremos resultados, queremos un ambiente de concordia, y lamentablemente no se nota que haya interés por parte de todos los actores políticos para lograrlo. Eso lo que pretende generar es estridencia mediática y lastimar. Y eso no se vale”.
Difícilmente cambiará Miguel Ángel Yunes Linares de estrategia: El golpeteo, la estridencia, han sido sus herramientas más útiles. Pierde de vista que cada minuto que pasa Javier Duarte pesa menos en el ánimo de los veracruzanos. Tiene que buscar nuevos argumentos, nuevas historias. Es eso, o ponerse a trabajar en serio por Veracruz, algo que nunca estuvo entre sus planes.
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Epílogo.
Hay quienes justifican la ineficacia de la Fiscalía General del Estado en la búsqueda de desaparecidos. Explican que Jorge Winckler y su gente están tan ocupados con los cuerpos “aparecidos” en todo el territorio estatal, que les queda poco tiempo y les faltan energías para ponerse a escarbar. *** Este martes se dio uno de esos días en los que los agentes ministeriales hubieran querido no haber salido del hogar. En Cosamaloapan fueron encontrados los restos mutilados de tres personas; en Coatzacoalcos, por la zona industrial, apareció otro cuerpo sin vida, y tres más fueron encontrados en una parcela de Álamo, en la zona norte. Debe ser un problema de “percepción”, como sugiere nuestro gobernador. *** Pero hoy nadie le quita a Jorge Wincler la sonrisa del rostro. Corriendo le llevó a su jefe la sentencia dictada por el Juzgado 18 de Distrito, en el que se le niega a Gina Domínguez la suspensión definitiva, por lo que tendrá que enfrentar el proceso que le fue abierto, desde su celda en Pacho Viejo. *** Mientras tanto, la Secretaría de Gobernación voltea hacia Veracruz y llama la atención por el grado de riesgo que corren los comunicadores en esta entidad. El subsecretario de Derechos Humanos, Roberto Campa (el mismo que atiende a los grupos que buscan a familiares desaparecidos) dio a conocer que han sido emitidas alertas para la actividad periodística en Veracruz y Chihuahua. Un tema que no parece interesarle al gobernador, tendrá que ser absorbido por el gobierno federal.
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