Bien reza el refrán popular: “Dios perdona el pecado, pero no el escándalo”. El gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, que utilizó como bandera durante su campaña electoral el combate a la corrupción, ahora no sabe qué hacer con aquellos colaboradores que decidieron “tomar el camino del mal” y llenar sus alforjas con la morralla que dejaron los gobiernos pasados.
En este mismo espacio se detalló el caso del doctor en Finanzas Públicas, Julio César Sosa Mirós, quien recibió la encomienda de dirigir el Centro de Estudios e Investigación en Seguridad (la academia de policía de El Lencero) y se mantuvo en dicho cargo hasta que los propios cadetes lo exhibieron por su trato déspota, pero al mismo tiempo por los jugosos negocios que estaba haciendo desde esa minúscula posición en el organigrama del gobierno estatal.
Hoy se sabe que Sosa Mirós tramitó un amparo para evitar que se haga efectiva la orden de aprehensión que existe en su contra.
De este caso nada ha dicho el gobernador Yunes Linares, tan preocupado por evitar que les roben el dinero a los veracruzanos.
También en días recientes se supo de la renuncia del Fiscal Regional de la zona sur, Ricardo Morales Carrasco, quien asumió el cargo a invitación del Fiscal General del Estado, Jorge Winckler.
Morales Carrasco publicó en su cuenta personal de Facebook: “Por otras encomiendas laborales y profesionales, he decidido presentar mi renuncia al cargo de Fiscal Regional de la zona sur de Coatzacoalcos; le agradezco mucho la oportunidad que tuve de participar en la Fiscalía al Fiscal General, Maestro Jorge Winckler y demás personas que me brindaron la confianza en este cargo. Quedo a sus órdenes para cualquier consulta sobre mi labor en este cargo”.
En realidad, su salida obedece a que salió a la luz pública su cercanía con Hernán Martínez Zavaleta, alias “El H”, quien fuera detenido la semana pasada por fuerzas federales en el estado de Tabasco, señalado de ser el “jefe de plaza” de la organización criminal conocida como “Los Zetas” y autor intelectual del asesinato de una familia en Coatzacoalcos, entre ellos cuatro niños de seis años o menos.
Los vínculos del funcionario de la Fiscalía con el capo salieron a la luz luego del asesinato de Bernardo Cruz Mota, alias “El Berna”, el 23 de junio, en la colonia Benito Juárez, de Coatzacoalcos, en una confrontación con sicarios del grupo criminal opositor, el Cártel Jalisco Nueva Generación.
A las fuerzas federales que operan en el sur de la entidad les llamó la atención que el personal de Servicios Periciales de la Fiscalía estatal hubiera omitido el examen forense. Al investigar confirmaron que este estudio no se realizó porque así lo instruyó personalmente el Fiscal regional, Ricardo Morales Carrasco.
De inmediato se dio la orden de impedir la inhumación de “El Berna” y llevar su cuerpo a que le realizaran la autopsia. “El Berna” recibió tres impactos de bala, uno de ellos entró por un costado y le penetró órganos vitales.
Lo que se ha logrado saber hasta el momento es que “El Berna” era uno de los brazos ejecutores de “El H” y que este último, al saber de su ejecución, le ordenó al lugarteniente de “El Berna”, Alain López Sánchez, alias “La Liebre” que tomara represalias.
Se cuenta que “La Liebre” ubicó la identidad y el domicilio de uno de los presuntos participantes en la ejecución de su jefe, el taxista Clemente Martínez Martínez y con un grupo de sicarios se trasladó hasta ese lugar para asesinarlo, pero no sólo a él, sino a su esposa y a sus cuatro hijos, el mayor de los cuales tenía apenas 6 años de edad.
De pronto, frente a estos hechos, el “pecado” del Fiscal Regional adquirió mayor relevancia, pues lo vinculaba con uno de los grupos más sanguinarios de la delincuencia organizada en el sur de la entidad.
Y en este caso Jorge Winckler no ha dicho nada, como nada dijo Jaime Téllez Marié acerca de Julio César Sosa Mirós. El trabajo de ellos –porque así se los instruyó su jefe, el gobernador- es ir en contra de los corruptos del duartismo y echarle tierra a los casos propios, no vaya a ser que se descubra que el “justiciero” resulte peor que los condenados.
Por cierto, Alain López Sánchez, alias “La Liebre” ya fue capturado por las fuerzas federales y trasladado a la ciudad de México. Él y su jefe “El H”, podrían destapar una pestilente cloaca en Coatzacoalcos.
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Epílogo.
En Xalapa están encendidas las luces de alerta. La delincuencia está desatada y no parece haber voluntad de las autoridades estatales para ponerle freno. La noche del martes un taxista asesinado a puñaladas frente a su domicilio ubicado en la colonia La Lagunilla. Rogelio Martínez Esquivel, quien contaba con 37 años de edad, fue atacado por un sujeto quien le dio dos puñaladas que le causaron la muerte. *** Para colmo, los que nos tendrían que cuidar hacen gala de su impericia. En el puerto de Veracruz una ama de casa fue herida de un balazo, cuando elementos del Instituto de la Policía Auxiliar (IPAX) dispararon contra presuntos ladrones de cobre en las vías del ferrocarril, la tarde del miércoles. La dama, Mayra Cecilia, de 26 años de edad, recibió un impacto de bala en el brazo derecho, por lo que fue trasladada a un hospital, mientras que dos de los elementos policiacos eran llevados a declarar sobre los hechos. *** ¡Ya no nos defiendan!
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