Esa es una verdad a medias. En diciembre la delincuencia le bajó dos rayitas a las ejecuciones, pero en los meses siguientes se multiplicaron. Igual que un saltador de altura que antes de pegar el gran brinco recula para agarrar vuelo.
“Hemos tenido, efectivamente, algunos días con ejecutados en esa zona, esto ha generado preocupación social” dijo el señor.
¿Algunos días con ejecutados? Quizá lo están mal informando. De unos meses a la fecha no pasa un día, uno solo, sin que haya uno o más asesinados con violencia en la zona norte. Y lo mismo sucede en la zona sur.
De hecho, volvimos a tener una semana muy intensa en cuestión de ejecuciones.
Por otra parte, la encuesta de Seguridad Nacional Pública Urbana, dio a conocer que Veracruz es el estado más inseguro para vivir. En el primer trimestre del año la percepción de inseguridad de los veracruzanos se ubicó en el 91.2 por ciento.
Esto es gravísimo. Tenemos casi la misma percepción que se tiene en los países en guerra.
Y las consecuencias no se han hecho esperar. Inversionistas que planeaban hacer una macro plaza en el puerto de Veracruz dejaron el proyecto para mejor ocasión, con lo que se perdieron cientos de empleos que buena falta que están haciendo por acá.
Los hoteleros no ven grandes expectativas para este periodo vacacional que está a la vuelta de la esquina. Ven unas vacaciones de verano muy menguadas.
Para colmo, los promocionales de la Secretaría de Turismo a nivel federal con el lema “Viajemos todos por México” le dan preferencia a lugares como La Riviera Maya y Acapulco. Y la presencia de Veracruz es mínima, por lo que pedirán el apoyo del titular Enrique de la Madrid.
Los hoteleros dijeron que ni pensar en pedirle ayuda al Secretario de Turismo estatal porque el señor simplemente no ha hecho su chamba. A propósito ¿alguien sabe cómo se llama este individuo?
Aunado a todo lo anterior, el desempleo está alcanzando proporciones de espanto y esto ha incrementado los asaltos y robos en ciudades que antes eran ejemplo de tranquilidad y paz como Xalapa.
Ante panoramas de esta naturaleza no falta quien diga “peor imposible”. Pero esa sentencia no aplica en este estado. Somos la excepción que confirma la regla.
Lamentable, desafortunada, desdichada y tristemente, sí es posible que las cosas se pongan peor en Veracruz.
Por desgracia, sí es posible.
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