El mantenerse en el poder en el 2018 le permitirá además al PRI no permitir más experimentos con gente discapacitada para gobernar propiciando, como ha sucedido en Veracruz, el desánimo nacional.
A nivel nacional no queda la menor duda que de la terna Meade/Nuño saldrá el próximo candidato a la Presidencia de la República y a nivel estatal –nos referimos por supuesto a Veracruz- jugará José Francisco Yunes Zorrilla quien en abierta y renovada alianza con Héctor Yunes Landa, tendrá todo para alcanzar la gubernatura.
Queda además muy claro que en ese inter Pepe apartará de una vez y para siempre a los traidores al PRI, a con todos aquellos que en aras de proteger sus bienes mal habidos, entregaron sus capitales políticos a la oposición traicionando la causa priista.
Asimismo para Veracruz, ya en la cárcel Javier Duarte y secuaces, habrá de llegar a su fin la escalada de corrupción que tanto daño a la ciudadanía y sus instituciones.
Así, el PRI emprenderá su renovación a través de códigos de ética y una plataforma de combate a la corrupción, anteponiendo todo el peso de la ley a quien la infrinja.
Con las nuevas jornadas electorales del 2018 perderán vigencia las engañosas campañas mediáticas que repetidamente prometieron justicia y cárcel -el cuento de que no habrá perdón ni olvido solo quedó en eso- para entrar al terreno de las propuestas, proyectos y acciones.
Así, la oposición no tendrá más remedio que arriar las banderas opositoras que en el día a día machacaron cárcel para los depredadores y solo lograron a nivel estatal la aprehensión de charales y alianzas en lo oscurito con los verdaderos saqueadores.
A escasos 90 días de que se despejen las incógnitas a nivel nacional y estatal sobre por donde va a transitar el PRI, quedan claros los acuerdos y líneas de acción a seguir para el proceso sucesorio que habrá de sucederse el uno de julio del 2018.
En Veracruz ya desde ahora se percibe la cargada en torno a Pepe Yunes, quien decidió, a pesar de las voces en contrario, por la fórmula incluyente.
“Todos caben en el PRI, menos los traidores”, ha dicho de manera reiterada tras desmarcarse en tiempo y forma del Duartismo y sus afanes ilícitos que llevaron a la debacle a Veracruz.
Y si bien Pepe trae un equipo de trabajo y compromiso, no olvida que cuando marcó una sana distancia con el gobernador Javier Duarte fue de la mano de Héctor Yunes Landa, con quien lo une una añeja amistad –que no parentesco- y un pacto de caballeros de ir por la gubernatura, primero por la de dos años que no se alcanzó para luego buscar la sexenal.
El compromiso sigue vigente. Ha sido ratificado por ambos en las puertas de la nominación luego de la expedición de la convocatoria priista que sucederá hacia noviembre.
La fórmula permitirá al candidato priista a la gubernatura desplegarse en lo que interesa a los veracruzanos, la reconstrucción del estado a través del reordenamiento de las finanzas públicas y el regreso de una anhelada y no alcanzada seguridad pública.
Permitirá además encontrarse con la unidad veracruzana cercenada por filias y fobias; por venganzas inacabadas y ordenamientos viscerales; por abusos de poder y atropellos a poblaciones abiertas; por ese desprecio a la opinión pública y sus generadores, los periodistas; por ese coraje de vida que se tradujo en desquite contra quienes ni siquiera la debían ni la temían.
La propuesta de Pepe se basa en la productividad, en el nivelar el barco social. En la generación de empleo y respeto a quienes ya lo tienen. En el equilibrio entre acreedores y deudores que tiene en crisis a pensionados, universidades públicas y el sector empresarial.
Esa es la propuesta que eventualmente lo llevará a la primera magistratura veracruzana.
A Héctor, en el otro lado de la moneda, tocará moderar, atajar, combatir y, en su caso, pelear del frente contra la propaganda negra, las cajas chinas, la difamaciones y campañas en redes sociales, aclarar verdades a medias y responder adjetivación por adjetivación, insultos con razones y presentar los testimonios que permitan correr el maquillaje de quienes se escudan en una falsa honestidad.
¿Héctor Yunes Landa será el malo de la película?
¡Lo será!
Estamos hablando de la lucha por el poder en donde los malos están enfrente pero también dentro de la casa y para el PRI y el regreso al poder es necesario tener una mano de hierro con un guante de terciopelo, para echarlos. Es por ahí donde se está tejiendo el entramado priista, por ello para que la cuña apriete ha de ser del mismo palo.
La alianza Pepe/Héctor ya quedó sellada como pacto de sangre.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |