El tema son los medicamentos caducos, clonados, ampolletas rellenas con agua destilada venta de equipo médico vía la empresa fantasma Finamed.
Son los negocios chuecos que dieron origen a la Torre Pediátrica.
A ello se suma la necesaria explicación de la deuda pública que dejó a los veracruzanos que alcanza los 11 mil millones de pesos. Esa es la deuda oficial.
La otra es la localización de los 10 mil millones –a pagar en 30 años- que se esfumaron días antes de dejar el mandato so pretexto de un empréstito en favor de los damnificados por las lluvias.
Son los puentes –mil 200- inaugurados hasta cuatro veces, muchos de ellos inexistentes. Es el Túnel sumergido de Coatzacoalcos que terminó costando cinco mil millones de pesos y para colmo teniendo como dueño exclusivo a Carlos Slim.
Son los 22 millones de pesos anuales que entregó a lo largo del sexenio el gobierno de Javier Duarte en efectivo al ex mandatario como jubilación, una especie de pago de marcha.
Fueron ríos de dinero los que corrieron del 2004 al 2010.
No había licuadora, pero si un control férreo desde Casa Veracruz, donde prácticamente operaba la Secretaría de Finanzas. Obras Públicas no movía un centavo si no pasaba antes por el tamiz –y moche- de la autoridad. Y en salud, en contubernio del sindicato venal, se hicieron negocios multimillonarios.
Habrá que considerar asimismo la irregular disposición de 25 mil millones de pesos que tenía en reserva el Instituto de Pensiones mismos que garantizaba pagos a jubilados y pensionados las siguientes dos décadas. Fidel como el “Magazo”, los desapareció dejando incluso al gobierno de Duarte un adeudo de dos mil 300 millones de pesos.
Y qué decir de la educación y los millonarios presupuestos anuales que alcanzaron los 33 mil millones de pesos que más sirvieron para el patrocinio de las campañas políticas priistas que para atender el rezago educativo que en los últimos doce años nos colocó en el cuarto lugar en analfabetismo.
Hoy el tema Fidel se vuelve a poner en boga tras salir a flote el mayor monumento a la corrupción, la tristemente célebre Torre Pediátrica.
Tras la vinculación a proceso del empresario constructor de la Torre del mal llamado “Hospital de Alta Especialidad Infantil”, Cesar Augusto Morando Turrent, ha salido a colación que la familia Herrera –hablamos de Fidel, por supuesto- tuvo que ver en la construcción chafa debido al alto moche, asó como la compra de equipo médico, que nunca llegó o llegó incompleto.
A la par se suma el tema SESVER.
La Fiscalía cuenta con información ya entregada por Ricardo Sandoval, exjefe administrativo de la Secretaria de Salud de Veracruz, a propósito de las medicinas apócrifas y fuera de vigencia, el equipo Finamed comprado y alquilado de manera ventajosa en favor de esta empresa, las comisiones y los contratos de preferencia farmacéutica, éste último negocio de Rosa Borunda.
El propio gobernador en funciones Miguel Angel Yunes Linares adelantaba hace algunos meses, el 23 de enero, un torcido entramado con medicinas alteradas y negocios por debajo de la mesa que involucraban a la familia Herrera Borunda.
“Es un tema que tiene que ver con el Centro de Mezclas del Instituto de Cancerología de Xalapa, en el cual estaría vinculado alguien más que cercano a (Fidel) Herrera, óyelo bien, oye bien lo que te digo, más que cercano”.
¿Más que cercano?
Pues a menos que hablara de la esposa o hijos.
“No lo voy a dar a conocer todavía. Estamos terminando la investigación. Es un tema terrible”, reveló Yunes Linares a un periodista, de la ciudad de México, por supuesto.
Y sentencia: “Va de lo críptico a lo explícito, del lenguaje de los signos a la estocada brutal”.
“No les importó hacer lo que hicieron, adquirir medicamentos clonados, y no son solamente éstos, ahí está la COFEPRIS ya actuando en el caso de pruebas de VIH–SIDA, miles y miles que fueron adquiridas, todas daban resultado negativo, simplemente porque no tenían ningún elemento activo”.
“Este señor (Fidel Herrera) tiene que pensar que va a enfrentar no sólo un procedimiento legal, sino que tendrá que enfrentar el juicio de la historia; ese es un tema”, concluye.
Ya desde el gobierno de Javier Duarte, Rosa Borunda había sido ligada a la empresa Finamed, principal proveedora de servicios al sistema de Salud en los días de poder del marido.
“Finamed proveía de equipo, vía renta, de insumos, de servicio de laboratorio, todo en un contrato a 12 años por 5 mil millones de pesos”, escribió sobre el tema el más leído columnista veracruzano Mussio Cárdenas.
“Ahí está el punto”, escribió el documentado colega.
Y si bien, al igual que Duarte, no figura el nombre de Rosa Margarita Borunda en documento que la implique hasta ahora, hay datos de sus accionistas que la hunden.
Revela Mussio que “Rubén Antonio Nicolás Calderón Stepanova y Rubén Calderón Quiroga dan cuenta ante las autoridades del suministro de servicios médicos al sistema de salud veracruzano, pero la relación terminó de manera abrupta en los tribunales a modo los fallos judiciales”.
Ello dio como resultado una millonaria demanda de Finamed que pierde el gobierno de Veracruz en los días de poder de Javier Duarte. Se pierde a pesar de que se descubrió que no todos los equipos médicos que rentaba Finamed eran de Finamed. Algunos fueron aportaciones de fundaciones altruistas; otros eran de la propia Secretaría de Salud de Veracruz.
A pesar de ello Finamed demandó y contrademandó y doblegó al gobierno duartista. Fue condenado a pagar el gobierno veracruzano 700 millones de pesos.
“No es nueva la alusión a Rosa Borunda, sea como socia, sea como intermediaria a favor de Finamed. La menciona el empresario farmacéutico Sergio Torres Marín en su cuenta de Facebook, resumido su caso, su quiebra, el adeudo con el gobierno de Veracruz, las trampas de la Cofepris, la presión de los laboratorios Pfizzer y Ely Lily hasta provocar el desastre”.
Y justamente es donde aparece Ricardo Sandoval, pieza clave de la Borunda. Este era quien pagaba en efectivo ya con el moche del 35 por ciento. El cobraba los cheques nominativos.
Torres Marín advierte:
“Acabaron con una empresa de 800 empleos. Eran 45 puntos de venta y la empresa Finamed, de la esposa de Fidel Herrera Beltrán, era la principal proveedora de medicamentos e insumos para hospitales y rentaba los aparatos médicos de todos los hospitales del estado de Veracruz”.
Rosa Borunda, si no es el último eslabón de la cadena de corrupción de la Fidelidad, sí está en la mira de Miguel Angel Yunes. Ella en la misma proporción que Karime Macías.
El tema Borunda, como tantos otros, habrá de reventar cuando se de la siguiente necesidad mediática. Es la caja china pendiente.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |