Así, por más que se diga que la señora Ladrón abdicó en su lucha por destinar el cuatro por ciento del presupuesto estatal en favor de la UV, de exigir –como lo hizo a grito pelado en las calles cuando Duarte- el pago de adeudos, que de 2 mil 300 millones subieron a 4 mil millones de pesos, no pasa nada.
Nadie osará impedir su ascenso a pesar de sus reclamos a medias de autonomía financiera que finalmente se otorgó pero a un futuro muy lejano.
Y quién osará de su grupo cuestionar que se puso de rodillas sin chistar a lo que dijera el patrón y enclaustrar en ominosa oscuridad a la UV aceptando a cambio un par de mendrugos de poder, una posición temporal para una de las suyas en finanzas y la otra, una oficina de gobierno de medio pelo y que no le revisen cuantiosos gastos como sobresueldos, aviadores y compra de lujosos vehículos.
Alguna vez pregunté a la señora Ladrón –en sentido figurado, por supuesto- si se había entregado a los brazos de Miguel Angel Yunes Linares, a lo que airada me respondió “¡Yo solo me entrego a los brazos de mi marido!.. Hoy sabemos, insisto en sentido figurado, que si se entregó al factor Yunes.
Lo hace por conveniencia política.
Lo decide por aquello de que Miguel junior –el del lenguaje florido- pudiera llegar a la primera magistratura estatal. Y lo hace en respaldo al grupo teñido de azul que la representa por conveniencia.
Así, a escasas tres semanas de la decisión final, tocará a la Junta de Gobierno de la UV, siete de nueve bajo el control de Sara y a las órdenes del gober, actuar en consecuencia vía revisión de proyectos y propuestas de los siete aspirantes, entrar en cónclave y decidir… lo ya decidido.
60 mil universitarios quedarán “convencidos” de que la autonomía es puro cuento y que las decisiones, como siempre, son cupulares. Acaso por ello más que cierto que el proceso de reelección se sucede justo cuando la comunidad universitaria y académica está de vacaciones… ¡pa`que no la hagan de pex!
La comunidad universitaria seguirá rogando al señor los siguientes años les de unos centavitos más para fortalecer la investigación y docencia, así como para la apertura de nuevas carreras a fin de que la UV siga siendo la segunda institución universitaria de mayor prestigio de México.
Así que ni para que quejarse. Donde manda capitán no gobierna la Ladrón.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |