Tras la sacudida que le dieron al PRI los exgobernadores Fidel Herrera Beltrán y luego Javier Duarte de Ochoa, cualquiera que vaticine el retorno de ese partido al poder supuestamente estaría loco, pero no.
Lamentablemente para los más de siete millones de veracruzanos, nuestra situación va de mal en peor. Hoy la inseguridad, la miseria y la falta de pericia del gobierno panista para atender y resolver los graves problemas que nos aquejan, permiten pensar en la necesidad de que el año entrante gane la elección un político de probado compromiso con la sociedad, de probada experiencia dentro de la administración pública, de probado carácter y honestidad para encarar y resolver el asunto de la inseguridad pero, sobre todo, de experiencia en materia de manejo de las finanzas, y ese político milita en las filas del PRI.
El perfil de estadista que se necesita para sacar a Veracruz del fondo del barranco en el que se encuentra no lo tiene en el PAN ninguno de los que aspiran a suceder a Yunes Linares, tampoco lo hay en los demás partidos políticos como Morena; fuera del PRI, solo se da en el fundador y líder nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Rannauro, pero para ganar la elección tendría que ir en alianza con Morena y, al parecer, esto queda descartado.
El dicho ese de que los panistas tienen “su Duarte” para el 2018, es cierto. El clima de inseguridad que se vive en la entidad, donde a cada momento hay secuestros, ejecuciones, asaltos, ya sea en comercios o en domicilios particulares, tiene a la población muy molesta con un gobierno que le prometió terminar en seis meses con este problema, además de combatir a los corruptos de la anterior administración y quitarles lo robado para reintegrarlo a las arcas del estado. Eso no ha pasado. Hoy los criminales actúan con más libertad que en el pasado inmediato y los rateros del duartismo se pasean por todas partes gozando de una impunidad que solo se la da el haber devuelto parte de lo robado.
No hay que olvidar que la elección del año entrante es una elección federal porque se elegirá Presidente de México, por lo tanto, lo que hicieron los panistas en la anterior elección municipal para ganar mayoría de presidencias municipales no se podrá repetir, las corporaciones policíacas del estado no podrán intervenir para inhibir la asistencia de votantes a las urnas, tampoco los “operadores” panistas podrán comprar el voto de los veracruzanos con la facilidad que se les dio en la elección municipal; estarán vigilados y tendrán en contra el voto de la decepción, el voto de castigo, el voto de la venganza contra quienes nos sorprendieron y, al final, se coludieron con los delincuentes del duartismo y alentaron la violencia permitiendo crímenes, secuestros, robos y todo tipo de delitos que tienen a los veracruzanos viviendo en la zozobra y en la indefensión, con el único deseo de que esta nueva pesadilla termine pronto.
Por eso tiene razón el presidente del CDE del PRI, Renato Alarcón Guevara, cuando afirma que los priistas pueden recuperar la gubernatura del estado ya que el actual gobierno no ha dado resultados, por eso consideran que la población volverá a votar por el tricolor en 2018, por lo que se encuentran preparándose para la contienda electoral.
“Yo estoy convencido –dice Renato Alarcón– de que los resultados electorales que estuvimos el 4 de julio en el peor escenario posible demuestran que hay una estructura; en la coalición del PRI, del Verde Ecologista, tuvimos 720 mil votos, el PAN es un partido que disminuyó 80 mil respecto de su votación inmediata anterior y ya del ejercicio del poder yo estoy convencido que por una alianza total de las fuerzas políticas que tenemos afinidad y con un buen candidato y una estructura bien diseñada, bien trabajada de aquí a diciembre, tenemos amplias posibilidades de recuperar la voluntad ciudadana y, por supuesto, garantizar el triunfo. A mí me preocupa mucho lo que está haciendo Miguel Ángel Yunes Linares y lamento mucho que nos tenga que favorecer de esa manera porque lo que más nos preocupa es la circunstancias que estamos viendo los veracruzanos, además de los temas sociales, el tema particular de la seguridad”.
Banderazos no, queremos inauguraciones
Durante un tiempo, de Fidel Herrera para acá, los políticos veracruzanos le vieron la cara a los ciudadanos cuando acudían a ceremonias de colocación de la primera piedra de una gran obra, o daban el banderazo de inicio para la construcción o reconstrucción (háganos favor) de una carretera que jamás hicieron. Por eso, los paisanos hoy no aplauden esas acciones, lo que quieren es que nuestros gobernantes inauguren obras no que festejen, con bombo y platillos una que apenas dicen que se va a comenzar a reconstruir.
Lo anterior viene a cuento porque ayer el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, en medio de un gran festejo, fue a dar el banderazo de inicio de los trabajos de reconstrucción, de la carretera Banderilla-Misantla, reconstruida una y mil veces pero nunca convertida en una nueva.
En la población de Naolinco, la mañana de ayer, Yunes anunció el inicio formal de la reconstrucción de la carretera Xalapa-Banderilla-Misantla, “una carretera de gran importancia que va a beneficiar a casi 700 mil habitantes, si consideramos a los habitantes de la capital del Estado, que también se benefician con esta obra. Una obra que nos comprometimos a llevar a cabo desde la campaña y que, posteriormente, en el mes de abril, estuve en Misantla, con Efrén y con varios alcaldes que están por aquí presentes, anunciando que lo haríamos este mismo año, que haríamos un esfuerzo extraordinario para tener los recursos necesarios para reconstruir esta carretera que, como repito, es muy importante, toda vez que beneficia directamente a casi 700 mil personas, 700 mil veracruzanos”.
Muy optimista, el gobernante comentó que “esta es una carretera que va a permitir mejorar las condiciones de seguridad a través de las cuales transitan; una vía de comunicación que va a mejorar la seguridad de miles de personas que son usuarios diarios, y que va también a impulsar el desarrollo económico de toda esta región. De repente nos olvidamos que las carreteras no sólo tienen que ser seguras y cómodas, que las carreteras no sólo lo son para que se transporten los seres humanos, que es lo más importante, sino que las carreteras son también una forma sustantiva de impulsar el desarrollo económico y, en este caso, desarrollo económico y turismo”.
Peña Nieto, cinco años de fracasos
El pasado fin de semana, durante la celebración de la entrega del Quinto Informe de Gobierno de la administración de Enrique Peña Nieto, considerada un fracaso, los analistas económicos comentaban: la administración de Peña Nieto puede presumir que, en los años que lleva, la economía no ha dejado de crecer… pero a un ritmo tan humillante y mediocre que cualquiera de las cuatro administraciones anteriores (Calderón, Fox, Zedillo y Salinas), con todo y que tuvieron periodos de recesión, arrojaron un saldo de crecimiento mucho mayor al 2.2% al que ha crecido, en promedio anual, la economía en este gobierno. Y si se excluyeran los años de recesión en aquellos gobiernos, el de Peña Nieto quedaría francamente en ridículo.
En un ejercicio que hizo el doctor Jonathan Heath, especialista prestigiado en análisis de indicadores macroeconómicos, en su cuenta de Twitter, el pasado jueves, apunta que el crecimiento económico promedio anual en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), si se descontara la recesión del año 1993, sería de 4.4%.
En el caso de Ernesto Zedillo, en cuyo gobierno se registró la peor caída de la economía nacional en la historia reciente del país (-6.2% en 1995), el promedio anual de crecimiento económico en su gobierno, excluyendo 1995, sería de 5.1%.
Con Fox, que cuyos primeros dos años la economía no creció y más bien se mantuvo en terreno negativo por un mal desempeño de la economía estadunidense –a raíz del derrumbe de las torres gemelas de Nueva York y el desplome en las bolsas de las empresas tecnológicas llamadas punto com–, pero también por la llegada de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), que desplazó a México como segundo exportador a Estados Unidos, el promedio anual de crecimiento económico, sin esos dos primeros años, sería de 4.1%.
Igual tasa de crecimiento hubiera registrado la economía, como promedio anual, en el gobierno de Felipe Calderón, si se excluyera el fatídico año de 2009, el del clímax de la crisis financiera internacional iniciada un año antes y que para México significó una caída de su economía de casi 4.7%.
Desde el 16, Trujillo Meza no labora en el IMSS
El pasado viernes primero de septiembre, nos hicieron llegar esta aclaración del IMSS, que tiene que ver con un comentario publicado en este espacio.
Estimado Sr. Manuel Rosete Chávez:
En relación a su comentario de hoy en su columna “Apuntes”, Fideprótesis dará votos, le hago la siguiente precisión: Actualmente, La doctora Luz María Trujillo Meza no es trabajadora activa del el Instituto Mexicano del Seguro Social, ya que desde enero del año 2016 dejó de laborar para dicho organismo.
En contexto, el Instituto desautoriza cualquier acción, gestión, o ayuda que se realice a nombre del IMSS.
Atentamente.
Mtro. Homero Arróniz Uscanga
Enc. Coordinación de Comunicación Social
No suda calenturas, suda la lana
Muy delicados los señalamientos que hace el Senador priista Héctor Yunes Landa, en el sentido de que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares “está sudando” 8 mil millones de pesos provenientes de diversos fondos para usarlos en campaña.
Entrevistado a su llegada a la Sala de Conciertos Tlaqná a la toma de protesta de la rectora de la Universidad Veracruzana (UV), Sara Ladrón de Guevara González, alertó que solo servirá para financiar las campañas del próximo año, por lo que exigió que se apliquen en obras y acciones en favor del estado. “Tenemos conocimiento de que hay más de 8 mil millones de pesos sudando en cuentas bancarias e instituciones financieras y que valdría la pena saber qué es lo que más conviene, si pagarle a la Universidad Veracruzana lo que se le debe, que alcanza; pagarle a los ayuntamientos lo que se les debe”.
Y claro que tiene conocimiento el Senador, como que se mueve en los círculos de la política nacional lo que le permite tener acceso a información como esta. Lo grave y ofensivo de este asunto es que Yunes Linares sigue culpando al gobierno anterior de todo lo que no puede hacer él. Yunes Linares sabía cómo estaban las finanzas de Veracruz cuando buscó la gubernatura de dos años, qué lamentable que no haya tomado medidas para contrarrestarlas, o no sabe, y qué malo que siga usando la muletilla del duartismo para justificar su desconocimiento. No es lo mismo administrar la abundancia, como lo ha hecho en infinidad de cargos que ha tenido, que tener el conocimiento para enderezar una mala administración pública.
Su primo, el senador Yunes Landa, afirma que si el gobernador decidiera pagar los pasivos lo podría hacer, y aun así “le sobrarían 3 mil millones de pesos”, por lo que insistió en que pareciera que Yunes Linares está armando “su cochinito” para las campañas. Pero, además, lo acusó de manejar discrecionalmente los recursos públicos ya que hasta ahora –dijo– no ha informado en qué se están usando o invirtiendo.
“Vale la pena que nos explique el gobernador, porque yo no he visto transparencia en el manejo de los recursos. El permiso especial que le dio el Congreso del Estado (para renegociar la deuda) creo que ya se ha excedido y está por concluir el primer año fiscal y, bueno, el presupuesto se está manejando con la mayor discrecionalidad, que no es lo que más se aconseja en ningún momento”.
REFLEXIÓN
De "tradición oral" de los últimos días y del dominio público, ya lo cuestionan muchos, ¿a qué le apuestan?, ¿a México vs Panamá?: ¡No! ¿A un Maximato o a un Maximilianato?... No hay tiempo para ejercer los recursos (2017) sudados en bancos, ni el presupuesto 2018 en los primeros 5 meses del ejercicio fiscal siguiente. ¿En qué se van a GASTAR? Así: ¡GASTAR! Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx formatosiete@gmail.com.mx www.formato7.com/columnistas |