Tan solo el fin de semana el registro de la nota roja arroja un “Veracruz sin ley” con 15 asesinatos; diez camiones de carga robados en el puerto jarocho; dos fallecidos y un herido en un ataque armado en Paso de Ovejas, ayer domingo ya desde temprana hora flotaba un cadáver en el río de esa localidad; balaceras en Xalapa, Nanchital y Coatzacoalcos; un muerto y dos lesionados en persecución en Tuxpan; policía de Seguridad Pública sorprendido asaltando; desvalije de autos en plazas comerciales y ciclistas que sufren asaltos con armas blancas.
Todo un “Río de sangre en el sur”, publica el diario porteño Imagen en su edición de este lunes 25 de septiembre.
Veracruz sigue pues en el nada honroso liderato en secuestros con 131 al corte de agosto; cuarto en homicidios con 157 y quinto en extorsiones. Mientras en la contraparte el señor gobernador –ante la ola de ejecuciones- sostiene que “no es contra ciudadanos de bien”, según publica Notiver en su encabezado principal.
Aceptemos que así sea.
Sin embargo, ¿cuál es el límite?, ¿Cuál la frontera en que paren la matanza que supuestamente traen entre ellos?..
Difícil creer que un ciclista, de los muchos asaltados, sea de la delincuencia común; que las mujeres secuestradas y asesinadas sean todas miembros de los cárteles; que los atracos en centros comerciales a paterfamilias sea por su filiación al crimen organizado; que los periodistas muertos, todos, hayan sido ejecutados por pertenecer a los malosos y que la ciudadanía en pleno salga a la calle a protestar en defensa del crimen organizado.
Eso es ridículo.
Urge, por tanto, la presencia de un Comisionado Federal que coordine las tareas de la Secretaría de Seguridad Pública, la Gendarmería, la Marina Armada de México, el ejército, la PGR, la ministerial de la Fiscalía y todas aquellas organizaciones de prevención y combate a la delincuencia que en los hechos y por las cifras, no han dado los resultados esperados.
Urge un coordinador federal que armonice los esfuerzos. Todo suma.
Ya el mismo Miguel Angel Yunes Linares el 22 de mayo del año pasado, días antes de la elección que lo ungiría como gobernador llamaría al gobierno de la república a traer un comisionado federal.
“Demando al gobierno federal su intervención inmediata en Veracruz con un Comisionado y con más fuerzas federales para garantizar la paz y tranquilidad de los veracruzanos”, dijo en aquella ocasión en medio del aplauso de sus seguidores.
Reveló además que es obvia la complicidad del Gobierno del Estado y de Javier Duarte con la delincuencia organizada, que actúa con toda impunidad en Veracruz. “La única explicación es la que siempre he sostenido: En Veracruz la delincuencia está dentro del Palacio de Gobierno y fuera del Palacio de Gobierno.”
Razonable el argumento del hoy gobernador, pero... ¿Hoy en manos de quién está?.. ¿Concedamos que la delincuencia ya se salió de Palacio de Gobierno y solo queda la que está afuera?.. Si es así ¿Quién la maneja? ¿Cuáles son sus vínculos? ¿Los que se salieron de Palacio ahora operan desde la calle?
Son más preguntas que respuestas.
El punto es que bien vale la pena considerar en un externo, un Comisionado que venga a revisar los intestinos de las fuerzas públicas estatales y el mapa delincuencial que de siempre –al menos en los últimos 13 años- marca los puntos clave de operación de los criminales, así como sus redes con el poder.
Es por el bien de Veracruz.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |