Debo reconocer, en definitiva, que el Presidente Enrique Peña Nieto ha sabido dosificar la duda sobre el que en breve, será destapado como su candidato a sucederlo. Logró además, de alguna manera y quizá por rebote, que una buena parte ciudadana olvide su impopularidad y centre la atención en “la gran decisión”: Osorio Chong o Meade Kuribreña.
Aunque muchos consideran al PRI en la lona ubicándolo en el tercer lugar de las preferencias, (por abajo de Morena y el Frente Amplio Ciudadano), de manera paradójica, la incógnita sobre quién será su candidato rebasa por mucho al de cualquier otro.
En la coalición de partidos que formarán el PAN, PRD, MC y quizá Panal, todo apunta a una lucha entre Ricardo Anaya y Miguel Ángel Mancera, donde por mucha resistencia que oponga el actual Jefe de Gobierno, los dados parecen estar cargados hacia el dirigente blanquiazul.
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El Presidente Peña tienes tres opciones para dar a conocer su (o sus) candidatos:
A) Brindar instrucciones para destapar a su único elegido antes del 14 de diciembre, justamente cuando arrancan las precampañas al interior de los partidos políticos. Si EPN decide destapar y no continuar con más de una opción hacia la “grande”, el “seleccionado” no podría usar spots en radio y televisión (dentro de los tiempos oficiales asignados a partidos) para competir con los otros precandidatos, es decir, perdería exposición ante la ciudadanía y tendría que recorrer el país, únicamente, pero sin espacio en medios.
B) EPN podría llevar su decisión hasta el 11 de febrero, fecha en que acaban las precampañas, cuestión que aunque tiene sus desventajas, (sobre todo por los tiempos mediáticos que expliqué arriba), podría resultar conveniente, pues mantendría ese suspenso ciudadano que muy bien ha funcionado, evitando también el desgaste natural de un candidato que ya existiera desde diciembre.
Por ello considero que EPN ha sabido llevar magistralmente, y al puro estilo del PRI, la selección del candidato que buscará sucederlo, pues aunque por momentos parece que Meade será el elegido, en varios otros se levanta la opción de Osorio Chong.
El Presidente no da la señal final a propósito y por una razón: no decide aún. Tengamos memoria: en varios momentos, en los procesos del PRI, el que “más parece acaba no siendo”, y a veces, el que “siempre pareció gana la candidatura”. En pocas palabras, sostienen la incertidumbre, lo cual, suele dejar buenos dividendos... al menos eso dicta la historia.
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