Sin tacto.
Sergio González Levet.
 

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     Parte importante de la égida hacia la candidatura a la diputación es tomar como divisa que nada sobra y todo lo que se haga es necesario. Por eso es conveniente portar la medalla de san Benito.


     Dejen les cuento, con algo que escribí hace algún tiempo:


     Benito de Nursia era hijo de un noble romano y hermano de Escolástica, quien también fue reconocida por la Iglesia Católica como santa. Nació, obvio, en Nursia -región de Umbría, Italia- en 480 y murió en Montecasino el 21 de marzo de 547, a los 67 años.


     Es ni más ni menos que el fundador de la orden de los benedictinos y está considerado como el iniciador de los monasterios en Occidente.


     Benito escribió una serie de normas que debían seguir sus monjes, que fue llamada La Santa Regla y que ha sido inspiración para las reglas de muchas otras comunidades religiosas.


     La única fuente con información sobre la vida de San Benito de Nursia “es el libro segundo de los Diálogos, escritos por el papa san Gregorio Magno (c. 540-604). Para estos relatos, el pontífice se basó en el testimonio de algunos monjes que conocieron al santo”.


     Bueno, pues Benito fue a Roma a estudiar filosofía y retórica, pero salió pronto, “decepcionado por el desorden moral de los habitantes de la ciudad”. Vivió tres años en una gruta de difícil acceso en un lugar llamado Subiaco y de ahí se extendió su fama de santidad. En aquella región italiana fundó varios monasterios, y aquí viene lo bueno: “En 529, a causa de la envidia de un sacerdote de la región, se refugia en Montecasino donde funda un monasterio y desde donde se extiende la orden benedictina”.


     El ícono de San Benito es considerado por muchos como un amuleto contra la envidia, y quienes lo portan se sienten protegidos. Su reverso es el famoso círculo con una cruz en medio que se ve en muchos vehículos (digamos dignos de envidia) y también muchos lo llevan como medalla al cuello, sobre todo gente de la clase política.


     Como un servicio para los curiosos [y aquí diría también que para los aspirantes curulecos hacia el 2018], transcribo lo que quieren decir las letras en la medalla circular:


C.S.P.B: Crux Sancti Patris Benedicti: Cruz del Santo Padre Bendito


C.S.S.M.L.: Crux Sancta Sit Mihi Lux: La santa Cruz sea mi luz.


N.D.S.M.D.: Non Draco Sit Mihi Dux: No sea el demonio mi señor/guía.


V.R.S. Vade Retro Satana!: ¡Retrocede, Satanás!


N.S.M.V.: Nunquam (algunos dicen que es “Non”) Suade Mihi Vana!: Nunca (o “No”) me persuadas con cosas vanas.


S.M.Q.L.: Sunt Mala Quae Libas: Malo es lo que me propones.


I.V.B.: Ipse Venena Bibas: Bebe tú mismo el veneno.


PAX: Paz.


     Con un amuleto de tal potencia, en realidad no se va a lograr nada, pero cuando menos el que lo porte se sentirá fortalecido, aunque sea de manera vana, y eso es importante para mantener las ganas y el entusiasmo… por la curul.


     Nada sobra.


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