Y fue ahí donde dijo lo que causó tanto revuelo.
“Vamos a explorar todas las posibilidades, desde decretar una amnistía escuchando también a las víctimas”. ¿Esta amnistía alcanzaría a los líderes de los cárteles?, le preguntó un reportero y Andrés Manuel contestó: “Vamos a plantearlo; lo estoy analizando. Lo que sí les puedo decir es que ningún tema va a quedar sin ser abordado si se trata de garantizar la paz y la tranquilidad”.
Más adelante agregó que ha sido una estrategia equivocada el querer resolver el problema de la inseguridad y violencia con medidas coercitivas: “Con policías, soldados, marinos, cárceles, amenazas de mano dura, leyes más severas, masacres. Eso no sirve, ya lo estamos viendo, hay que cambiar la estrategia”.
Y en este último punto tiene razón porque más policías, más armas y más patrullas no han dado resultado.
Sacar al Ejército de los cuarteles no ha sido la mejor medida. De 10 años a la fecha se ha triplicado el número de ejecuciones y lo que también es muy grave; ha aumentado una barbaridad el tráfico de estupefacientes y el número de personas con problemas de drogadicción.
Pero pedirle al Ejército que abandone las calles y regrese a los cuarteles sería lo peor que podría pasar.
A raíz de su propuesta le llovió en su milpa a Andrés Manuel. Y es que salvo sus fieles seguidores que lo defienden a capa y espada, casi todo mundo reprobó su idea.
En Veracruz, donde las ejecuciones y desapariciones son por desgracia muy recurrentes, su proposición cayó como patada al estómago.
“¡Vaya con tamaña estupidez! Este sujeto quiere que perdonemos a quienes han secuestrado y asesinado a miles de personas inocentes” me dijo un amigo.
Otro agregó: “Los narcos no son como la mujer adúltera a la que Jesús le dijo ‘vete y no peques más’. Esos no tienen llenadera. Si así hacen lo que quieren, imagínatelos amnistiados. ¿O es que acaso el Peje piensa que con la amnistía esos señores van a renunciar a sus multimillonarias ganancias y se dedicarán a trabajar honestamente?
El periodista Raymundo Riva Palacio dice en su columna “La pax narca de Andrés Manuel”: La historia del perdón a criminales por parte de López Obrador no es nueva. La idea de cómo se puede trabajar desde el poder con el narcotráfico, tampoco.
Y en el último párrafo señala: López Obrador es el responsable de sus palabras, al ser el diseminador y promotor de esta propuesta y pensar incorporarla a su proyecto de nación. Bien se vería México de concretarla: el Ejército y la Marina a los cuarteles; los jefes de los cárteles de la droga, asesinos de militares y policías, a las calles. La pax narca renacería bajo su gobierno. A menos que rectifique la propuesta.
La pregunta es ¿rectificará el tabasqueño? Y la respuesta es no. En este mundo se equivocarán todos, menos él que siempre tiene la razón.
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