Posiblemente porque ya se dio cuenta de los efectos negativos que produjo para su campaña en busca del voto popular la propuesta de dar amnistía a los delincuentes para terminar con la inseguridad, fue que Andrés Manuel López Obrador, el aspirante presidencial más aventajado, decidió bajarle de yemas a su proyecto.
En Yucatán fue más moderado al mencionar la gravedad de lo que está sucediendo en términos de inseguridad y violencia en el país, asumiendo el compromiso que tiene de enfrentar (si lo dejan llegar a la presidencia) el problema: “voy a conseguir la paz y voy a terminar con la guerra, no vamos a continuar con la misma estrategia que no ha dado resultados.
Y como lo hizo Yunes Linares, quien se impuso un plazo de seis meses, López Obrador también: "A mitad del sexenio ya no hay guerra y vamos a tener una situación totalmente distinta, diferente, vamos a reducir los índices delictivos, ése es mi compromiso", describió tras un acto de precampaña en Izamal, Yucatán.
En entrevista con medios, el aspirante de la coalición "Juntos Haremos Historia" sostuvo que la delincuencia bajará paulatinamente conforme haya crecimiento económico y generación de empleo, a la par de la implementación de programas sociales.
López Obrador adelantó que, en el próximo jueves, o sea hoy, dará a conocer su plan de seguridad, así como el nombre de quien propondrá como titular de la Secretaría de Seguridad Pública y de los integrantes del Consejo de Seguridad.
Pero al margen de lo que aclare hoy el fundador y único dueño del poderoso partido Morena, nosotros creemos que López Obrador fue muy rudimentario al exponer su “amnistía”. Posiblemente no quiso decir lo que sus adversarios políticos le interpretaron y que provocó tanto malestar social por los daños que la delincuencia organizada ha ocasionado entre los habitantes de este país, y es que difícilmente podemos encontrar a un ciudadano que no haya sido víctima; su familia, un amigo o algún conocido de un acto violento…Nadie se ha salvado.
Lo que muchos piensan, lo que nos han platicado infinidad de paisanos, y con lo que coincidimos, es que todo marchaba bien hasta que el señor Felipe Calderón Hinojosa, el dipsómano ex presidente de México, decidió enfrentar a las bandas de la delincuencia organizada con la idea de exterminarlas a sabiendas que en los Estados Unidos de Norteamérica habitan los mejores clientes para la droga, con posibilidades económicas suficientes para adquirir cualquier estupefaciente y pagarlo en dólares, o sea el mejor mercado del mundo.
A través del tiempo nos fuimos enterando qué en Veracruz, por ejemplo, operaba un centro de reabastecimiento de combustible, a la altura de Costa Esmeralda, concretamente en el racho de los Izquierdo, donde aterrizaban aeronaves procedentes de Centroamérica a reabastecer los tanques con turbosina, para continuar su viaje con preciados cargamentos rumbo a la frontera con los Estados Unidos donde, gringos cargados de dólares les compraban el producto. El trasiego de la droga es histórico, no pasaba de ahí, nadie, ningún gobierno estatal se metía con ellos, incluso llegaron a aportar buenas cantidades de dinero para las campañas de los gobernantes, a cambio de nada solo de que los dejaran continuar con su “trabajo” para pasar la droga y que los gringos se envenenaran como quisieran.
El problema comenzó cuando a esos narcos le comenzaron a cobrar, desde el gobierno, cuotas para permitir el paso de la droga por territorio veracruzano. Eran tantas las ganancias en dólares que accedieron a pagar, luego ellos, los narcos, para garantizar el trasiego comenzaron a exigir que les dejaran nombrar, de su gente, comandantes de las policías municipales, de esta forma no tenían problemas, miembros de sus bandas estaban a cargo de la seguridad y así hasta que el dinero proveniente de esa actividad comenzó a permear en todos los ámbitos del gobierno: ¿quién no quería obtener ganancias a cambio de nada?...!Todos!.
Calderón al enfrentarlos terminó de agitar el avispero y hoy todos los ciudadanos padecemos las consecuencias, las bandas se multiplicaron y para subsistir decidieron optar por giros distintos al trasiego de la droga, convirtieron a México, que no lo era, en un país de consumidores, para cubrir los gastos de sus ejércitos de criminales recurrieron al secuestro, la extorsión, el pago de derecho de piso y todos los delitos que hoy padecemos como ciudadanos de parte de esas peligrosas bandas a las que el gobierno no puede combatir porque están coludidos con ellos.
No se trata de dar amnistía a los delincuentes, no, es volver al pasado admitiendo nuestra realidad como vecinos del país que más consumo droga tiene en el mundo con el poder adquisitivo más alto, si no es por México por dónde demonios va a pasar la droga. Es dejar que el trasiego siga y combatir los delitos del fuero común que se cometen en nuestro país con todo el rigor de la ley. Claro para eso hay que enfrentar, ahora, a los narcos que despachan como funcionarios públicos en los tres niveles de gobierno, a los senadores y diputados federales y locales que llegaron como representantes no del pueblo sino de las bandas, igualito que como pasó en Colombia.
Claro se espantan con estas propuestas los consumidores y los políticos afectados, pero el ciudadano común no, nunca le ha sorprendido saber que somos el país de paso de la droga que se consume en los Estados Unidos.
Más mercenarias de la política
Hasta hace poco tiempo la mujer mexicana era considerada como de más confianza que un hombre, por sus acendrados valores morales, por su honestidad y porque eran incorruptibles, hoy ya no, las Evas Cadenas abundan. Ayer nos preguntaban quién es la diputada local Miriam Judith González Sheridan, quien recientemente renunciara a la fracción legislativa de Morena, para pasarse al PAN a cambio de quien sabe qué ($$$) y ahora se registró como precandidata a la gubernatura por el Partido Nueva Alianza (PANAL). Pues es ni más ni menos que una mercenaria más de la política.
¿Qué posibilidades tiene de ganar?, ninguna, la mandaron ahí a esa posición seguramente para restarle votos a Morena en la próxima contienda electoral, y ella va encantada en pos de la pachocha que este negocio le va a redituar más que por un interés legítimo de participar y ganar. Como dijera un cuate: Veracruz está convertido en un prostíbulo de la política.
REFLEXIÓN
Pésimo mensaje el del maestro Hipólito Rodríguez Herrero, recién desempacado como alcalde de Xalapa por Morena. Mientras en la oficina tiene miles de asuntos que atender mejor se va como dama de compañía al CEMEV a hacerle el caldo gordo al gobernador. Para eso nos gustaba el izquierdoso académico. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx formatosiete@gmail.com www.formato7.com7columnistas |