“… es un estado en crisis de seguridad. Desmanteló el sistema de mandos profesionales que diseñó su antecesor (Duarte) y nombró a sus cuates. Puso a la Procuraduría estatal al servicio de la persecución política y no a las tareas de seguridad pública”.
Este es apenas un fragmento de la columna del periodista Pablo Hiriart, en el periódico El Financiero. Y no, no se refiere a Veracruz. El título de su artículo es: “Corral, el kamikaze de Anaya”.
En efecto, se trata de Chihuahua, otra entidad que un Duarte (César) perdió para el PRI.
Pablo Hiriart explica que el escándalo desatado por el actual gobernador de Chihuahua, Javier Corral, tiene como fin reavivar la confrontación entre el PAN de Ricardo Anaya y el gobierno federal, en virtud de que el discurso del candidato de la coalición “Por México al Frente” no está prendiendo entre la población.
Javier Corral denunció públicamente que el gobierno de Enrique Peña Nieto le ha escatimado recursos, por el orden de los 700 millones de pesos, en represalia por haber detenido a Alejandro Gutiérrez, ex secretario adjunto del Comité Nacional del PRI, en los tiempos de Manlio Fabio Beltrones.
El Presidente rechazó los señalamientos de Corral y aseguró que su gobierno se ha conducido con una vocación y sentido democrático de apoyar y de coordinarse con todos los gobiernos, sin importar el origen partidario.
Si esa habrá de ser la bandera de Ricardo Anaya en las próximas semanas, el sentido común dictaría que los otros gobiernos estatales de filiación panista tendrían que levantar la voz para apoyar a su colega y exhibir a su vez los malos tratos recibidos por el gobierno federal.
Al menos en el caso de Veracruz no fue así.
El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares aclaró que mantiene una “muy buena relación” con el gobierno federal.
“Nunca hemos tenido de su parte ninguna prohibición por la acciones que llevamos a cabo en contra de Javier Duarte y todo el equipo de corruptos que metimos a la cárcel”, indicó.
Yunes Linares afirmó que se ha manejado de manera totalmente autónoma y que no tiene elementos para decir que el gobierno federal le haya puesto obstáculos, “por el contrario, tengo elementos para decir que el gobierno federal apoya al gobierno de Veracruz”.
¿Cómo entender que el gobernador de Veracruz, que ha requerido del apoyo de Ricardo Anaya para postular a su hijo como candidato del Frente PAN-PRD-MC, ahora salga en defensa de Enrique Peña Nieto?
Esto se llama pragmatismo político.
Yunes Linares es un viejo zorro de la política nacional. Su prioridad es extender al menos por otros seis años el Maximato que ha soñado para Veracruz y en el horizonte el único riesgo que vislumbra es que Andrés Manuel López Obrador gane la Presidencia.
Así pues, él entiende que tanto el PRI como el PAN tienen un enemigo en común (Morena) y él habrá de mover sus piezas de la manera que más le convengan.
No tuvo la suerte de que su amigo y aliado, Miguel Ángel Osorio fuera el candidato priista a la Presidencia. Si eso hubiera sucedido, habría concretado ese acuerdo que él planteó: “Si permites que en Veracruz gane mi hijo, yo me encargo de que tú ganes en esta entidad”.
Pero el hecho de que esa vía se haya cancelado, no significa que Yunes Linares vaya a claudicar en su afán de construir los amarres que le garanticen la victoria a su retoño.
Con Andrés Manuel al frente en todas las encuestas, el gobernador de Veracruz entiende que la única forma de darle alcance y superarlo es fortaleciendo a un solo candidato y él asume que con el apoyo del gobierno federal, en muy poco tiempo José Antonio Meade habrá superado a Ricardo Anaya. Por lo tanto, era menester enviar señales al equipo del candidato del PRI en el sentido de que en Yunes Linares pueden tener a un aliado muy importante.
Ya se ha repetido hasta el cansancio que Meade no es Osorio, y que el abanderado tricolor no le tiene la menor confianza a Yunes Linares, que ya tuvieron sus fricciones, cuando en diciembre del 2016 el gobernador de Veracruz reclamaba algo muy parecido a lo que hoy pelea Javier Corral en Chihuahua, que le escatimaban los recursos.
Pero esta es una partida de ajedrez en la que las piezas menores pueden ser sacrificadas si con eso se consigue derrocar al Rey contrario.
“Tocayo, necesito que me ayudes. Miguel Ángel me garantiza los votos que necesito para alcanzar la victoria, pero a cambio debo despejarle el camino a su hijo. Apóyame, cuento contigo. Una vez en la Presidencia te incorporarás a mi gabinete en una posición relevante”.
Esta es una charla que no se ha dado, pero el riesgo está latente.
Yunes Linares ya está moviendo sus piezas.
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Epílogo.
La diputada local Eva Cadena Sandoval retornó este martes a su curul y anunció que procederá legalmente en contra de quienes la difamaron señalándola de recibir recursos de forma irregular. “Fui víctima de una cobarde trampa pero todas las investigaciones en mi contra quedaron resueltas de manera definitiva”, dijo. Eva Cadena se reintegra como diputada independiente. *** Y ahora resulta que quienes se enfrentaron al alcalde de San Juan Evangelista, Andrés Valencia Ríos, no eran delincuentes (¿o sí?) sino elementos de Seguridad Pública vestidos de civil que realizaban un operativo. *** ¿Eso nos debe dejar tranquilos?
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