El responsable de este tsunami fue Renato Alarcón que gracias al señor y con ayuda de la virgencita de Guadalupe se va finalmente el sábado.
Al relevo llega una nueva dirigencia que habrá de encabezar el hombre de todas las confianzas de Pepe Yunes, Américo Zúñiga Martínez, quien llega no solo a barrer la polilla política enquistada gracias a las enseñanzas de Carlos Brito y el legado del capitán chanclas, sino a desterrar el cementerio en que se encuentra el vetusto edificio de Ruiz Cortines en Xalapa.
Pa´correr a Alarcón estuvo bien cabrón.
De meses atrás se le aviso sobre la urgencia del relevo. De hecho desde agosto del año pasado Américo se declaró listo para entrar al quite y preparar el terreno para el 2018, pero Renato se negó.
A cada lance se iba a la ciudad de México a mostrarle a su dirigente máximo Enrique Ochoa Reza que si renunciaba se violentaba el reglamento, así como los avances electorales a partir de la Convocatoria para la elección de gobernador.
Ganaba tiempo, pero el PRI perdía.
Rodeado de asesores que siempre lo odiaron y fueron sus enemigos ya que nunca le supieron aconsejar como construir su imagen y la del propio partido en tiempos tan difíciles, todavía hace unas horas insistía en que no se iba “¡por mis calzones!”.
“Más de un militante del PRI va tras mi silla, se dicen muchas cosas en los corrillos políticos, lo cierto es que yo tengo en mi responsabilidad el dirigir al partido PRI”, afirmó luego de ser notificado de que sus propios colabores, trabajadores, simpatizantes y militantes enviaron una petición al recientemente nombrado delegado priista, Fernando Moreno Peña para que iniciara el proceso de renovación.
“Será hasta la segunda semana de febrero cuando se revise este proceso”, reviró Alarcón.
Finalmente le fue notificado su despido el pasado viernes, justo en el marco del registro de Pepe Yunes como precandidato. Y aun así, hizo acto presencia el domingo al arranque de la campaña priista con la presencia de Pepe Meade.
Ahí, sin embargo, ya sintió el frio polar, el ¡no te queremos más por aquí!
Ya para el inicio de semana Renato filtró en cierta prensa que le iban a dar una plurinominal o la Delegación Federal del Trabajo como premio a su buen trabajo.
Tal vez estaba en lo cierto como también lo estará cuando nadie asista a su funeral.
En los hechos desde el día del registro de Pepe Yunes, Américo Zúñiga empezó a operar. Todos los eventos de precampaña sucedidos desde el registro de Pepe han sido manejados y supervisados de manera personal por el ex alcalde de Xalapa aun cuando ha estado en cama de manera itinerante por un fuerte resfriado.
Para este sábado, sin embargo, la vitamina “P” lo tendrá listo para continuar el trabajo proselitista en favor de su amigo de la infancia, su compañero de la escuela y mejor amigo de la juventud con quien hace 20 años decidió ir de la mano en el proyecto político que hoy están a punto de culminar, la gubernatura.
Américo va por el rescate de los 150 mil votos perdidos en la última elección. Consciente además de que el histórico electoral señala que no es lo mismo una elección municipal –que perdieron el año pasado- que una gubernamental acompañada de la presidencial.
Veracruz, el Veracruz del PRI, habrá de contar con el respaldo total de José Antonio Meade, que equivale al apoyo de todo el aparato.
Se da además en el momento preciso en que Veracruz contempla el derrumbe del PAN gracias a las inopinadas acometidas del gobernador Miguel Angel Yunes de verdad empeñado en imponer a su hijo Miguel para el sexenio 2018-2024 y el siguiente periodo para su otro hijo, Fernando.
Eso, amén de la inseguridad y los insoportables berrinches del rijoso mandatario tienen verdaderamente hasta la madre a los veracruzanos.
Así, la lucha de Américo en favor de Pepe Yunes habrá de centrarse en derrotar a Morena, un enemigo crecido gracias al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.
El sábado por lo pronto empieza a escribirse una nueva página en la historia de esta generosa tierra liberal que ha luchado a lo largo de su historia contra los invasores y las dictaduras.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |