Con dos años al frente del gobierno de parte del papá, seis más del hijo, Miguel Angel, y otro sexenio más para el otro, Fernando –eso sin considerar a los nietos que ya para entonces serán unos jóvenes en edad de merecer- difícil creer que no estemos viviendo en una monarquía.
Una monarquía en la entidad más liberal de la república, sede del gobierno juarista, espíritu de las Leyes de Reforma.
Hay gente que critica que don Miguel está imponiendo a sus hijos en política, dicen que estamos viviendo una monarquía ¿Qué opinión le merecen estas críticas?, se le preguntó a doña Leticia Márquez en el marco del informe/cierre de gestión de su hijo, el alcalde de Boca del Río, Miguel Angel Yunes Márquez.
“Imponerlos no, cada uno ha ido haciendo su trabajo. Imponer es cuando tu hijo no está en el medio y tú quieres imponerlo en algo. Yo creo que cada uno de ellos se ha ido ganando el espacio. Es como cuando tú eres médico y tu hijo estudia para médico también y tú le dejas el consultorio y continúa y a veces es mejor que tú…”
“Le dejas el consultorio”, una expresión de la dama que encierra toda una filosofía familiar.
Eso es en realidad lo que se piensa en el seno de ese clan en donde la democracia toma un matiz diferente, en donde la lucha por el poder solo debe conducir al goce y beneficio familiares y donde la Revolución por la no reelección que costó un millón de muertes vale madre.
Desde luego que esto que se observa del nepotismo y extensiones de poder a la familia no es nuevo en Veracruz.
Ya desde el régimen del ausente Patricio Chirinos, la mano matriarcal de Sonia Sánchez se dejó sentir en el solar veracruzano aunque, eso sí, respetando tiempos y distancia, es decir, no ir más allá del mandato constitucional.
La fuerza del autoritarismo de la consorte del gobernante de nuevo se dejó sentir en el fidelato.
Doña Rosa Borunda era el poder tras el trono. Intervenía en las grandes decisiones de gobierno. Su fuerza era tal que por momentos se decía que desde el DIF funcionaba un gobierno en paralelo. Ella sería la “gran electora” en favor de Javier Duarte.
De Karime Macías siempre se dijo que era más brillante que el marido en todos sentidos.
Javier era un buen gordo, a quien después nadie paró en sus raterías y berrinches, de ahí que la conducción –también en las grandes decisiones de gobierno- correspondería a la real jefa de gobierno, Karime.
En el presente se observa una presencia discreta de la primera dama. Sus exposiciones públicas son menores y su trabajo sobrio y no hay duda del mando supremo del gobernador Miguel Angel Yunes quien fiel a la enseñanza institucional del PRI, partido en el que militó por más de 30 años, sabe del poder y para qué sirve.
No deja intervenir a la familia, pero sí la arropa para que se perpetúe.
¿De qué manera apoya a su esposo en tiempos difíciles?, se le preguntó a doña Leticia este domingo.
“Mi forma de apoyar es que estoy ahí calladita, cuando llega me acerco, sé el momento en que debo estar y no estar. No le doy problemas a mi esposo”.
Hoy las declaraciones de la primera dama dejan ver, sin embargo, parte del juego de poder, del legado familiar y cómo sería de otra forma si Miguel Angel Yunes está en su momento.
El presidenciable del Frente es su amigo, Ricardo Anaya. El PAN en Veracruz es su oficina alterna. Tiene dinero para invertir en la campaña, mucho y contra quienes hay que lidiar es uno débil, el PRI, y el otro Morena, que si no se organiza a cabalidad le mete gol.
Por lo pronto en el imaginario colectivo queda eso de que tres gobernadores de una sola familia que hasta hace poco venía a visitar Veracruz, hoy pretende ser dueña de estas tierras los siguientes tres lustros. Veremos.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |