Otro dato importante arrojado por el Reporte es que el porcentaje de contratación tanto de créditos hipotecarios, cuentas de ahorro para el retiro, seguros y banca por internet, es mayor en los Hombres que en las Mujeres, diferencia de puntos que tampoco es muy significativa.
Sin embargo en donde si se observa y de manera muy marcada la brecha de género es el rubro de Créditos Grupales en donde las Mujeres que tienen contratado este producto financiero son tres veces más que la cantidad de Hombres que lo solicitan.
Ello obedece a que el porcentaje de Mujeres que cuentan con un empleo formal, es menor al de aquellas que perciben ingresos provenientes del autoempleo en actividades realizadas por cuenta propia, como vender o producir algún bien, prestar servicios y ayudar en el negocio familiar; actividades para las que en muchas ocasiones requieren de financiamiento sin que cuenten con los requisitos que solicitan los bancos como comprobantes de ingresos, historial crediticio, y garantías.
Bajo este escenario entenderemos el gran éxito que tienen los Microcréditos Grupales o Solidarios, la clave está en que las Financieras ofrecen este producto a Mujeres a partir de garantías solidarias.
Pero, ¿Cómo funciona?, un grupo de cinco o más Mujeres se reúnen para solicitar un crédito y a cada una se le otorga un crédito individual que será destinado en la mayoría de los casos a incentivar actividades económicas y que no necesariamente sea la misma actividad. Los pagos regularmente se otorgan de manera semanal, quincenal o mensual y el grupo sesiona para juntar el pago; pero si una de las integrantes del grupo no cumple, las demás se harán responsables del pago, es decir la garantía es solidaria.
Así que, si las integrantes no reflexionan, no entienden o no les es clara la forma en que funciona la garantía solidaria; o si el crédito no se adecua a su nivel de endeudamiento o capacidad de pago, y a un verdadero análisis del monto que le será prestado en comparación con lo que terminarán pagando; entonces fracasará la Teoría que afirma: “que el uso y acceso a créditos formales tiene un impacto positivo con el crecimiento económico, y la estabilidad financiera al mismo tiempo que contribuye en la reducción de la pobreza, la desigualdad y la vulnerabilidad de las personas”.
Y también fracasará uno de los ideales humanos y sociales perseguidos por la inclusión financiera que asigna al uso de créditos una importancia fundamental para la generación de ingresos de una persona.
Pues estos Créditos Grupales ante el incumplimiento de una o más integrantes, actuaran a la inversa; y en perjuicio de quienes si cumplieron con su parte, pues se convertirá para ellas en un problema, emocional, familiar, social, económico y por supuesto: legal.
Dado que al no reunir el monto total a pagar, experimentarán primero la cobranza abusiva, y luego las demandas mercantiles, el embargo en sus bienes y largos juicios en donde haber soñado con tener una mejor calidad de vida, ser honestas, trabajadoras o pedir respeto a la condición de ser Mujeres, y a sus derechos humanos, etcétera, será discurso contrastado con la letra fría de una Sentencia…
¡Hasta la próxima!
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