Terminaron las precampañas sin cambios relevantes tanto a nivel nacional como estatal, en cuanto a resultados de encuestas se refiere.

A nivel nacional destaca por supuesto, la estupidez de un Enrique Ochoa Reza quien en un afán de hacerse el chistoso y atacar a quienes han salido de su partido hacia morena, insultó a millones de mexicanos, en  un ejemplo claro de cómo acabar de echarle a perder la campaña a tu candidato en dos minutos.

En la aldea, tampoco tocan mal las rancheras, terminan con Cuitláhuac en rueda de prensa de café, faltaba más, con la visita de Anaya para apoyar a Yunes Márquez y con Pepe sumado al Verde.

Sin emoción, sin estrategias claras, los contendientes en el estado iniciarán la guerra en campaña.

Aunque sus padrinos  ya la empezaron, dándose duro y tupido en medios, acusándose de una cosa y de otra, haciendo como siempre de la política, un verdadero cochinero, en donde creen que gana quien más acusa o quien más insulta.

Más allá de dirimir los actos de corrupción de loa funcionarios públicos, deberían de saber que lo de a pie, estamos hartos de estos pleitos estériles, que a nadie benefician y que polarizan a una sociedad enojada y determinada.

Ejemplos hay muchos, pero me referiré solo a las tomas de carreteras en el estado.

Se dijo que ya no se iban a permitir, pero en siete días ha habido tres: La Joya, Costa Esmeralda y Huatusco, todas distintas y aunque acabaron retirando el bloqueo, más temprano que tarde, el hecho es que los ciudadano vuelven a salir a desafiar a la autoridad, por que claramente alguien no se hace su trabajo de  escuchar y canalizar a tiempo las inquietudes.

Candidatos y gobernantes deben entender que estamos hartos, lo único que pedimos es regresar a vivir en paz y en prosperidad, no sujetos a sus intereses de poder.

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