Pero el caso es que el marco legal vigente, el conjunto de leyes y normas de México, son en realidad buenas, ajustadas casi todas a nuestra realidad.
El problema es que nadie las aplica y nadie las respeta.
Se la pasan por el arco del triunfo cada vez que quieren, cada que hay negociación política, cada que encuentran un pretexto para acomodar en la ley los conflictos electoreros y de movilización.
Para no ir más lejos, el reciente caso Chihuahua y su negociación final. Triste, muy triste.
Ha sido la confirmación, otra vez, de que la ley se aplica solo a los pobres, a los indefensos y a los enemigos.
Todo lo demás es negociable.
Con que cara conmemorar este aniversario ante tales ejemplos de aplicación de la ley. Como explicárselo a los miles de presos de manera injusta en todo el territorio nacional. Cómo celebrar con hombres y mujeres presos por solo hecho de disentir, de luchar o de hacerse escuchar.
Más que discursos, este México nuestro necesita compromisos indeclinables y valientes de aplicación de la ley sin pervertir el sentido del derecho y su malévola interpretación cuando conviene.
LICONSA
Ante la protesta de un grupo de productores de leche de la zona de La Joya, pudimos conocer al moderno Poncio Pilatos de Veracruz. Se trata de quien cobra como gerente de LICONSA, Francisco Javier Vera Méndez, quien con sensibilidad de elefante le manda decir a los manifestantes, vía boletín de prensa, que los precios los fija la Cámara de Diputados.
Para eso me gustaba. Para lavarse las manos.
Y de los diputados federales veracruzanos, ni para comentar, valen bolillo.
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