Y un ejemplo de lo anterior son el mismo Hipólito y Américo. Mientras al primero se le han venido los años en apenas dos meses en la alcaldía (representa setenta muy mal llevados), Américo anda feliz de la vida promoviendo a su partido y a su candidato a la gubernatura.
Cansado de buscar y no encontrar, está por írsele encima a la empresa Proactiva encargada del relleno sanitario en El Tronconal, cuya concesión fue ampliada a quince años por la administración de Zúñiga Martínez.
Según Hipólito “hay evidencias” de que la empresa no ha cumplido con el contrato lo cual es lamentable. No sólo que Proactiva no esté cumpliendo (lo que estaría por verse), sino que el alcalde recurra al mismo fraseo que utiliza su jefe Andrés Manuel López Obrador.
Cada vez que el tabasqueño presume de tener una noticia bomba dice: “Tengo evidencias; hay evidencias; tenemos evidencias”. Evidencias que nunca ha presentado.
A falta de inteligencia y personalidad propia, Hipólito repite lo que dice su patrón.
“Hay evidencia jurídica de que podemos rescindir el contrato. En los próximos días vamos a hablar con la empresa (Proactiva) para decirle que no ha cumplido, que lo que se hizo con anterioridad no tiene bases firmes en términos jurídicos y vamos a buscar otra alternativa", indicó a los reporteros.
En política se dice que cuando algo no está funcionando bien el siguiente paso es buscar alternativas, probar sus bondades y una vez comprobadas llevarlas a la práctica.
Pero en un claro ejemplo de lo que es actuar y después pensar, Hipólito Rodríguez quiere cancelar la concesión de un plumazo y después buscar “otra alternativa”.
Mientras tanto, que los xalapeños se inunden de basura.
“Es un pésimo negocio para Xalapa y veremos cómo renegociar con instrumentos jurídicos ese convenio porque no nos sirve, nos cobra cerca de 30 millones al año. Es inaceptable que hayan celebrado una prórroga con una empresa que no te da buen servicio. Nadie en su sano juicio hubiera hecho eso” dijo el alcalde.
Pero el que no tiene bueno el juicio es el propio Hipólito ni tampoco se sabe a qué intereses económicos esté obedeciendo.
Esto lo digo porque desde que lo nombraron alcalde electo anda con la idea de cambiar el relleno sanitario al municipio de Emiliano Zapata.
Pero el asunto no es fácil. Un relleno sanitario no se cambia así nada más como así; tiene que pasar por varios filtros que tardar meses en dar su anuencia. No es de enchílenme otra gorda.
Por otra parte, hay quienes aseguran que esos 30 millones podrían servir para las campañas de AMLO y Cuitláhuac, de ahí su urgencia por echar abajo el convenio con Proactiva.
Si lo que quiere es negociar el costo de la concesión, nada como sentarse a platicar, pero andar amenazando a lo tarugo es muestra de inmadurez política. Como lo fue declarar que hubo infiltrados de Miguel Ángel Yunes Linares en las manifestaciones que le armaron los trabajadores del Ayuntamiento, y por eso puso vigilancia en Palacio Municipal.
Infiltrados los hay en toda manifestación y también en las dependencias oficiales. ¿Acaso no lo sabía?
El viernes anterior le escuché al periodista Fernando Batiza decir que los infiltrados los tiene Hipólito en sus narices y él mismo los contrató.
“Son los policías del IPAX que cuidan las entradas de la Presidencia Municipal y dependen de la secretaría de Gobierno. A estas horas ya debe saber el gobernador cuántos tacos de carnitas se comió Hipólito a mediodía, y si los pidió con salsa verde o roja” dijo el periodista.
Y es verdad.
En apenas dos meses de gobierno Hipólito Rodríguez ha abierto demasiados frentes que invariablemente lo van a desgastar. Lo que debe hacer es ponerse a trabajar y no andar buscando culpables donde no hay.
Ojalá alguno de sus asesores le aconseje que deje de obsesionarse con Américo Zúñiga Martínez que ha de estar muerto… pero de la risa, por los trapos sucios que Hipólito le pueda encontrar.
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