El apoyo estatal para la Universidad Veracruzana siempre se entregó a tiempo lo mismo que las becas para los estudiantes y nunca hubo desabasto de medicinas en los nosocomios regionales.
Cuando terminó su mandato dejó en las arcas 3 mil millones de pesos (algunos dicen que fueron 5 mil mdp) para que su sucesor no pasara sustos ni sofocones.
Es hasta hoy el último gobernador que dejó a Veracruz sin deuda interna ni deuda externa. Y como van las cosas no se ve por dónde otro gobernador pueda presumir de lo mismo.
Durante su sexenio supimos de la violencia, pero porque azotaba en otros lugares. Es decir, la veíamos lejos… muy lejos.
Sin discusión, Veracruz fue en ese tiempo un estado seguro.
Con su sucesor, Miguel Alemán, pasó algo muy curioso y costoso. Cuando le faltaban semanas para dejar la gubernatura, pidió un préstamo a Banobras por 3 mil millones de pesos que acalambraron a la raza jarocha.
Las malas lenguas dicen que don Miguel se cobró a lo chino por los servicios prestados a Veracruz. Pero lo cierto es que se fue y nos dejó embarcados con esa cantidad. Y aquello fue un escándalo.
Su sucesor Fidel Herrera, dejó incendiada a la entidad por la violencia, pero además, se marchó dejando un adeudo de 14 mil millones de pesos con la marcada sospecha de desvió de recursos. Lo que fue un escándalo mayor que el de Alemán.
Y cuando pensamos que ya lo habíamos visto todo, llegó Javier Duarte capitaneando una pandilla de maleantes que, literal, saquearon Veracruz hasta el hartazgo.
Imposible saber el monto de lo robado porque hasta la Auditoría Superior de la Federación (ASF) está hecha bolas en ese renglón.
Ajá ¿y?
Pues nada, los defensores de Alemán aseguran que esos 3 mil millones fueron para pagar adeudos contraídos por el estado en obras y servicios, lo cual suena lógico. Pero nadie ha dicho en qué se gastaron los 14 mil millones del sexenio de Fidel, ni dónde fueron a parar los miles de millones de pesos que saqueó Duarte.
De acuerdo con ASF, durante las administraciones de Fidel y Javier se desviaron 85 de cada 100 pesos. Es decir, fue un robo a lo desgraciado.
Hasta diciembre del 2016 ambos personajes contrataron un total de 52 mil 682 millones de pesos por concepto de créditos. Algunos se ingresaron a cuentas bancarias pero no se sabe en qué se invirtieron.
La ASF detalla que al revisar el manejo de los prestamos contratados se logró detectar el presunto desvío de recursos por 30 mil 765.8 millones de pesos, derivados de 15 créditos contratados de 2006 a 2015 y de los cuales no se acreditó el destino de los recursos.
Si esto no es colusión y asociación delictuosa no sé qué será.
Ajá ¿y?
Pues nada, que a pesar de que la ASF está señalando el atraco, sólo Javier y algunos de sus compinches están en la cárcel, mientras que el grueso de los ladrones sigue en libertad y poco o nada se sabe del destino del botín.
Y todo esto en medio de una violencia que ya forma parte del paisaje veracruzano.
Por eso reitero; hubo un tiempo en que fuimos felices y no lo supimos… por desgracia.
Salud y larga vida para usted, don Patricio.
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