Quizá mientras charlaban, la organización Alto al Secuestro dio a conocer que en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, se han cometido en Veracruz mil 146 casos de secuestro, de los 10 mil 898 contabilizados en el territorio nacional.
Una cifra de espanto.
Lo anterior ubica a nuestra entidad en el tercer lugar nacional en ese rubro, sólo debajo del Estado de México y Tamaulipas.
En los primeros tres meses del 2018 los números no han mejorado mucho que digamos. Alto al Secuestro contabilizó 58 casos. Marzo fue pésimo ya que la entidad padeció de 20 secuestros que la colocaron en el segundo lugar, solo debajo de la CDMX que tuvo 23 casos.
Por su parte, la investigadora de la UNAM, Marcela Lagarde, afirmó que Veracruz es el segundo estado con mayor número de feminicidios. Y aunque se ha querido criminalizar a las víctimas: “Muchas de ellas no forman parte de grupos armados, no están en eso, son mujeres de trabajo, pacificas, estudiantes, amas de casa, trabajadoras, que en esa condición reciben violencia”, dijo la investigadora.
Es la hora en que el gobernador, tan dado a descalificar estos argumentos, no ha dicho nada.
Volviendo al boletín de Comunicación Social, en su segundo párrafo dice: “Al terminar el encuentro, los embajadores expresaron su reconocimiento al Gobierno Estatal por lo que se ha hecho en materia de protección a los derechos humanos, búsqueda de desaparecidos, protección a periodistas y particularmente en el tema de seguridad pública”.
Esto es otra falacia (dos en un boletín de apenas tres párrafos).
Lo cierto es que los embajadores no se contentaron con lo que les dijo Yunes Linares. En reunión con familiares de personas desaparecidas y tras conocer el calvario que padecen, el representante de Dinamarca, Henrik Bramsen, dijo que a pesar de la transición, los problemas de inseguridad, violencia, asesinatos de periodistas y personas desaparecidas, siguen sin ningún cambio en Veracruz y esto es “preocupante”.
“Vamos a recolectar toda la información y la vamos a poner en manos de nuestros gobiernos. Es claro que están muy interesados en lo que pasa aquí”, indicó el diplomático.
Qué tristeza con Veracruz. No sólo porque la inseguridad no ha bajado un ápice, sino por las mentiras que el gobierno estatal utiliza para tratar de engañar a una sociedad y una diplomacia que no se lo merecen.
Mira que querer timar a los embajadores con un paseíto por una céntrica calle y hacerlos creer que así de tranquilo está todo Veracruz.
Mira que querernos hacer creer que los diplomáticos “reconocieron” al gobierno estatal por proteger a periodistas, respetar los derechos humanos, ayudar a encontrar a desaparecidos y todo en un clima de seguridad.
Qué falta de imaginación y qué sobrados están por su manera de ofender y despreciar la inteligencia de los veracruzanos.
Qué manera tan pedestre de querernos engañar.
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