Este lunes asistí a un programa de radio y antes de llegar me topé con tres espectaculares de Julen Rementería, uno de ellos turbador porque promete “reconstruir” la sonrisa de los veracruzanos. Pero turbaciones aparte, el ex titular de la SIOP se está haciendo presente en el ánimo de los votantes.
Ya en el estudio saludé a la candidata al senado por el PRD, Yazmin de los Ángeles Copete Zapot a la que acababa de entrevistar mi amigo y compañero Atticus Licona. Y saliendo del estudio escuché las declaraciones de la candidata de Morena, Rocío Nahle y de su compañero de fórmula Ricardo Ahued.
Es decir, los candidatos al senado andan en lo suyo menos los del PRI.
A diez días de que iniciaron las campañas, en el PRI nacional deben estar pensando si no hubiera sido mejor abanderar a Anilú Ingram Vallines y a Elízabeth Morales García en lugar de este par de buenos para nada.
Sin duda, ambas mujeres le habrían puesto enjundia, empeño, dedicación y sobre todo responsabilidad a su nominación.
Sin que nadie la obligue, Anilú anda haciendo campaña por Pepe Yunes, José Antonio Meade e incluso por Callejas y la Pinete. Y Morales García tiene rato que andaría recorriendo su distrito en busca del voto.
Pero ya ni llorar es bueno.
Si en el PRI nacional pensaron que Callejas Roldán aglutinaría al magisterio de la sección 32 del SNTE en torno a los candidatos tricolores, simplemente la regaron. El voto corporativo tiene tiempo que desapareció y serán Pepe Yunes y Pepe Meade quienes convenzan a los maestros veracruzanos de votar por ellos, y no Callejas Roldán.
Callejas hijo no tiene ni la fuerza ni la autoridad que tuvo su padre sobre los mentores, por lo que premiarlo con una candidatura al senado fue un error garrafal.
Por otra parte, es inconcebible que con el dinero que tiene este sujeto, haya recurrido al agandalle.
Y es que el PRI estatal tuvo que prescindir del espacio que ocupaba su oficina de Comunicación Social, para convertirlo en “oficina de campaña” de Callejas Roldán, pero donde no se paran ni las moscas y se aburre una mujer de gesto agrio que se dice secretaria del candidato.
Y uno se pregunta ¿acaso no le dieron para gastos de campaña o ese dinero ya se esfumó?
De María de los Ángeles Pinete mejor ni hablar. Nadie se hubiera acordado de ella de no ser porque se tomó una selfie con el candidato José Antonio Meade ahora que estuvo en Cardel.
Sin exagerar, esa es la actividad proselitista que ha tenido este par.
Quizá lo más preocupante de estas nominaciones es que nadie conoce a los nominados. Hace unos días una estación de radio preguntó a sus radioescuchas si conocían los nombres de los aspirantes veracruzanos al Senado y ninguno de los que respondieron, ninguno, mencionó a Callejas o a Pinete.
De hecho, hubo uno que aseguró que el PRI no había nombrado candidatos.
Más patético, imposible.
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