Nada de eso.
En uno de los videos una voz en off le dice: “Le entrego medio millón de pesos para López Obrador, diputada por favor”. “Sí, claro que sí ¿No tendrán como una bolsita por ahí?”, contesta la interpelada mientras recibe los billetes.
En otro se le ve recibiendo más dinero: “La verdad le agradezco que nos hizo usted el favor de nada más aceptar un millón y no tres y medio millones… porque no teníamos cómo lograr el objetivo de lo que usted este, me prometió”, le dice también una voz en off que se supone es la de un empresario que le pagó por votar una ley favorable a sus empresas.
A esto la mujer contesta casi humilde: “Ah, no no, no se apure. Le agradezco porque sé que estamos a mano. Yo espero que ya esto funcione bien”.
Pero no funcionó porque la agarraron en la maroma y mandaron los videos al diario El Universal que los echó a volar en su página de internet. Y gracias a ello Eva Cadena Sandoval salió del anonimato para hacerse popular nacional e internacionalmente.
Atacada por sus compañeros de partido y expulsada del paraíso de Morena por órdenes de Andrés Manuel López Obrador, le esperaba la cárcel por delitos electorales. Pero una excelente defensa no sólo evitó ese castigo, sino que el juez ordenó que la regresaran a su curul.
Y ahí anda la señora, diciendo que Morena la usó para, ve tu a saber qué cochinadas, lector. Volvió a repetir que le tendieron una trampa y que no descansará hasta limpiar su buen nombre.
Como primeras providencias, este martes dio a conocer que denunció por difamación y daño moral a la diputada Rocío Nahle y al diario El Universal. También dio la primicia sobre la próxima publicación de un libro donde contará su verdad.
Al rato seguramente querrá hacer una teleserie como la de Paquita la del Barrio.
Echada pa delante, Eva Cadena está pidiendo a la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos Electorales, que continúe y concluya la investigación de su caso, y se castigue a quienes le tendieron la trampa.
Y es que otros son los responsables, otros los gandallas, otros los tramposos, otros los malquerientes y ella sólo es una víctima de la perversa misoginia de quienes la atacan y señalan por el sólo hecho de ser mujer.
¿Por qué clase de pendejos nos tomará la señora?
Esto lo pregunto porque de la vulgar y grosera facilidad con la que aceptó el dinero no ha dicho nada.
Pobre mujer; ya podrá decir misa junto al Papa, que ni así se librará del estigma de corrupta que cargará todos los días de su vida.
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