Era abril del 2016, ya habían iniciado las campañas por la gubernatura, y Miguel Ángel Yunes Linares, por segunda vez candidato, se reunió con representantes de los pensionados y jubilados del gobierno estatal.
En ese encuentro les prometió dar a su tema total prioridad:
“Daré a los jubilados y pensionados el trato que merecen, el trato respetuoso a la dignidad de su persona y a la dignidad de todos los que durante muchos años le prestaron un servicio al estado”, les dijo en aquella ocasión Yunes Linares.
Por supuesto, eran tiempos de prometer todo lo que fuera necesario. Eran los tiempos de acabar con la inseguridad en seis meses, eran los tiempos de meter a la cárcel a todos los que robaron durante la administración de Javier Duarte, eran los tiempos de ponerse el disfraz de “El Salvador”, que después habría de arrumbar en algún sótano.
Este lunes 30 de abril, cuando los jubilados y pensionados del gobierno estatal, esos que, dijo Yunes Linares, serían de “total prioridad”, bloquearon la circulación de la avenida Xalapeños Ilustres, en el centro de la capital veracruzana.
La protesta se debió a que cuando acudieron a los cajeros automáticos a cobrar su pensión, se encontraron con la sorpresa de que aún no les depositaban.
Alguna vez un servidor público me comentaba: “Si con alguien no debe fallar el gobierno, es con los viejitos (pensionados y jubilados). Son personas que disponen de todo el tiempo, que no se espantan con los garrotes de los policías, que ya han vivido lo suficiente como para que los asusten con la represión. Ellos esperan con paciencia los 30 días para hacer su próximo cobro, y si no lo pueden hacer, exigen una solución inmediata”.
Al margen de las “molestias” que este sector pudiera provocar, lo cierto es que resulta inhumano que el gobierno estatal les regatee a los jubilados su, de por sí, raquítica pensión.
En febrero del presente año, tras anunciar que pagaría el seguro institucional a los jubilados y pensionados, presumió: “Soy hombre de buena memoria y de palabra. Me comprometí a cumplir mi palabra con los jubilados y pensionados de Veracruz y hoy cumpliremos nuestra palabra de pagarles el seguro institucional que durante tanto tiempo les fue negado. No es un favor que les hace el Gobernador, es un acto de justicia”.
No sólo eso. El mandatario estatal se tomó la libertad de recordar aquel incidente, en los tiempos de Javier Duarte, cuando una manifestacióin de jubilados fue replegada por elementos de la policía estatal:
“El gobernador de ninguna manera va a dar de palos a los jubilados como lo hicieron en el gobierno anterior, el gobernador va a darles la mano y va a cumplir con su responsabilidad”.
Y ellos le creyeron.
Y este lunes no pudieron cobrar.
* * *
Epílogo.
Alguien tiene que decirle al gobernador (y esos tendrían que ser los consejeros del OPLE) que esta no es su campaña, que él no está compitiendo, y que en nada ayuda a su hijo que meta tanto las manos en el proceso electoral. Este lunes, en Camarón de Tejeda, Yunes Linares volvió a hablar de la sucesión, aunque de pronto, en su euforia, terminó mordiéndose la lengua: “México no desea desorden, no quiere de ninguna manera populismo. México quiere vivir en orden, quiere seguir avanzando en paz, no admite dictaduras, no admite de ninguna manera que la democracia pase a segundo término”. *** Este lunes, en Coatzacoalcos, la candidata a la gubernatura por Nueva Alianza, July Sheridan, festejó el Día del Niño y advirtió que esta fecha no sólo sirve para regalar un juguete, sino para darles certezas, educación de calidad y generar los ambientes para que puedan practicar algún deporte. “Yo fui una niña que tuvo carencias, pero nunca me faltaron las ganas de practicar muchos deportes, por eso yo quiero impulsar el desarrollo a partir de la educación, del deporte, pues esas también son maneras de salir adelante”, dijo. *** El encuentro de Pepe Yunes con miembros destacados de Vía Veracruzana fue en el hotel Posada Coatepec. Entre todos ellos destacaban Miguel Ángel Díaz Pedroza y Francisco Mora Domínguez, justo los que hicieron ganar a Felipe Amadeo Flores Espinosa la diputación federal en el 2009, a pesar de las componendas del entonces gobernador, Fidel Herrera, quien ya había comprometido el Distrito para uno de los hijos del dirigente magisterial Rafael Ochoa. Estaba Francisco Montes de Oca, con larga trayectoria en la política estatal y ampliamente reconocido en el sur de la entidad; Raúl Ramos Vicarte, con presencia y amplio conocimiento de la política en Boca del Río; Ricardo Olivares Pineda, toda una enciclopedia en procesos electorales; Zayda Lladó de Bacre, con un brillante paso por la Fundación Colosio; Antonio Rodríguez Baranda, político martinense de innegable prestigio; el “Mandinguita” Roberto Álvarez Salgado, exdirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, y el abogado Bertoldo Reyes Campuzano, con amplia experiencia en procuración de justicia. Todos ellos se dijeron “pepistas” convencidos y le aportaron importantes propuestas para su campaña. Pepe Yunes los invitó que se sumaran en forma activa a su proyecto. ¿Qué se fue, entonces, con Yunes Márquez? El membrete.
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