A partir estos datos El País aplica un modelo electoral que otorga a López Obrador un 92 % de posibilidades de ser electo; a Ricardo Anaya un 9 % de ganar y a Meade el 1 % en ese renglón.
(2)
Un amigo, director de una de las licenciaturas en comunicación que el sector privado ofrece en territorio veracruzano me preguntó el fin de semana:
¿Quién crees que gane la elección para gobernador en Veracruz?
Le respondí lo siguiente:
“La veo muy cerrada. Demasiado. Se definirá de última hora, por factores múltiples. Hay dos factores clave: la intervención del Estado y la participación ciudadana. El primero ya está ocurriendo y el segundo es impredecible…”
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En su análisis acerca de su propio trabajo estadístico, El País argumenta:
“La derrota de López Obrador, en caso de producirse, vendría seguramente por dos vías. Una posibilidad es que se produzca un cambio brusco en las encuestas durante el final de campaña. En ese caso lo veríamos en los últimos sondeos. La otra opción es que la sorpresa llegue el día de la elección y que el recurrente demuestre que las encuestas estaban muy erradas. Eso no es imposible –ocurrió, por ejemplo, con el plebiscito colombiano en el 2016, cuando las encuestas fallaron por 15 puntos-. Pero no es algo frecuente. Por eso nuestro modelo mantiene a López Obrador favorito al 92 %”.
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Observemos un elemento esencial acerca del momento histórico/electoral que vivimos: si bien van de la mano e influyen entre sí, una cosa es la elección presidencial con un candidato que a pesar de ir adelante como nunca nadie lo ha estado en la época moderna de México técnicamente puede ser derrotado, en Veracruz tendremos relevo de gobernador y los comicios pintan sumamente competidos y a tercios, de modo tal que aquí el pronóstico es irrelevante: el triunfo se obtendrá por elementos que en parte son imposibles de predecir o de ver.
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Hay factores que sí se observan y análisis como el del diario El País no los toman en cuenta:
a) El fin de semana pasado –a menos de un mes de los comicios- la cifra de asesinatos políticos en México llegó a 105 víctimas con el crimen de dos candidatas en Oaxaca y Puebla.
Tal número también es un récord espantoso y con tendencia al alza para las semanas que vienen.
En Veracruz, durante los comicios para alcaldes en junio del 2017 –por ejemplo- ocurrieron tres asesinatos de militantes un día antes de la elección (1).
Es decir, el factor violencia está influyendo e influirá en torno al resultado final de los comicios del 2018.
La referencia a la intervención del Estado en la respuesta que di al amigo académico que pidió mi pronóstico sobre los comicios en Veracruz no refiere sólo al factor fraude que está generándose desde los niveles federal y estatal.
b) Max Weber define así al Estado:
“Estado es aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio (el “territorio” es elemento distintivo), reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima. Lo específico de nuestro tiempo es que a todas las demás asociaciones e individuos sólo se les concede el derecho a la violencia física en la medida en que el Estado lo permite. El Estado es la única fuente del “derecho” a la violencia.” (2)
En una democracia en cierne o inexistente como la mexicana, tal monopolio padece un riesgo o se difumina para la sobrevivencia dictatorial.
Me explico: la guerra de las fuerzas armadas contra el crimen organizado es un pleito entre Caín y Abel.
Si entendemos que los cárteles del narcotráfico son creación del gobierno mexicano, el ataque contra éstos es una simulación y en el fondo al mismo tiempo que se lucha por el control de territorios para el paso, venta, consumo o siembra de drogas, están en disputa espacios de poder político con la delincuencia como aliada aunque aparentemente sea enemiga.
Es importante, en ese sentido, observar este fenómeno desde la perspectiva de las ciencias sociales, de la ciencia política, amén del periodismo como herramienta que nutre de datos duros las metodologías de aquellas.
El gobierno del estado de Veracruz reparte despensas semana por semana en las poblaciones más pobres de Veracruz, en plena temporada electoral y con el mensaje del apellido Yunes como el origen del “acto generoso”.
El sábado pasado, en Xalapa, se realizó un evento multitudinario a favor del candidato panista a la gubernatura y el abanderado por la diputación local de la capital.
En las colonias populares se invitó vía cartulinas con dos datos: “habrá ida y vuelta” (acarreo) y será un baile con el grupo “Rayito Colombiano” (engaño y fraude).
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La nota firmada por Kiko Llaneras y Javier Lafuente para el diario El País, desde Madrid y México con fecha del 3 de junio del 2018 alude a la aplicación de su modelo de análisis en Francia, Reino Unido y España.
Bien.
México, sin embargo, es un país en pañales en materia democrática y salvaje en su convivencia con el poder y en su lucha por él.
Si a nivel estatal –caso Veracruz- el resultado es impredecible por la distancia tan corta entre los rivales José Yunes Zorrilla, Cuitláhuac García Jiménez y Miguel Angel Yunes Márquez, entre otros factores…a nivel nacional -amén del error siempre posible en las encuestas- persiste la posible maquinación de una elección de Estado.
Una participación masiva de los votantes impediría totalmente esta opción y ahí entra en juego el factor miedo, manipulación…
¿Para qué son tantos muertos si no es para eso?
El escenario será distinto si las encuestas no presentan errores de fondo…
1) El Naufragio Electoral, obra colectiva de periodistas veracruzanos editada por el Instituto Literario Veracruzano, 2018.
2) Weber, Max; La política como vocación; Alianza Editorial 2009, trad. Francisco Rubio Llorente; pp. 83-84.
http://www.lasangredelleonverde.com/el-estado-como-monopolio-de-la-violencia-segun-max-weber/
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